Page 213 - Auge y caída del antiguo Egipto
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EL «GRAN SESOSTRIS»


               Este  modelo  despótico  de  monarquía,  de  orden  impuesto  con  puño  de  hierro,

               culminaría en el reinado de Senusert III (1836-1818), el miembro de la dinastía

               sobre el que contamos con más testimonios. Bajo su autoritario gobierno, todos
               los  elementos  del  control  de  la  XII  Dinastía  se  unieron  en  un  programa

               concertado       —literatura      propagandística,       rígida    planificación      estatal,

               centralización del poder en Egipto, conquista y ocupación militar en Nubia—,
               junto con un nuevo vehículo destinado a proyectar el poder regio: la escultura de

               retratos.

                  Empezando  por  la  palabra  escrita  y  hablada,  los  poetas  y  escritores  de
               Senusert  se  superaron  a  sí  mismos  en  la  redacción  de  textos  laudatorios

               ensalzando las virtudes del rey. El ejemplo más extremo es un Ciclo de Himnos

               al parecer concebidos para ser recitados con ocasión de una visita real, o quizá

               ante una estatua del rey:


                    ¡Cómo se regocija Egipto con tu fuerte brazo,
                    pues has salvaguardado sus tradiciones!
                    ¡Cómo se regocija el pueblo con tu consejo,
                    pues para él se ha incrementado tu poder!
                    ¡Cómo se regocijan las Dos Orillas con el temor que inspiras,
                    pues has aumentado sus posesiones!
                    ¡Cómo se regocijan tus jóvenes reclutas,
                    pues les has hecho florecer!
                    ¡Cómo se regocijan tus venerables ancianos,
                    pues les has hecho rejuvenecer! 12


               …  y  así  sucesivamente  una  estrofa  tras  otra.  Un  enfoque  algo  más  sutil
               adoptaban dos monumentales obras de «literatura pesimista», las Lamentaciones

               de  Jajeperraseneb  y  las  Admoniciones  de  Ipuur.  Siguiendo  los  pasos  de  la

               anterior Profecía de Neferti, un elaborado y vívido retrato del caos y del malestar
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