Page 212 - Auge y caída del antiguo Egipto
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para albergar al personal agregado a su cercana pirámide. Con su estricto diseño
               en forma de cuadrícula, su zonificación funcional y su demarcación de barrios

               residenciales  en  función  de  la  clase  social,  Kahun  representa  el  apogeo  de  la

               planificación centralizada y el paradigma de la visión estructurada de la sociedad
               tan  caro  a  la  XII  Dinastía.  Dentro  de  la  enorme  muralla  exterior  rectangular

               (diseñada,  cabe  sospechar,  tanto para mantener a la  gente en  el interior como

               para protegerla de intrusos no deseados), la ciudad se hallaba dividida en dos

               sectores desiguales: en la zona más espaciosa vivían los altos burócratas en villas
               impresionantes, convenientemente situadas para tener un fácil acceso a las sedes

               administrativas de la ciudad; al otro lado de la división, y mucho más apiñadas,

               hileras e hileras de pequeñas viviendas semejantes a barracones, separadas por
               estrechas callejuelas, albergaban la mano de obra de la población. Era un crudo

               reflejo  arquitectónico  de  la  diferenciación  entre  «ellos  y  nosotros»  tan

               característica  del  funcionariado  del  antiguo  Egipto.  Y  en  Kahun,  como  en  la

               ocupada  Uauat,  un  recinto  donde  se  pudiera  mantener  encerrada  a  la  gente
               representaba un elemento esencial en la infraestructura del control estatal.

                  Sin  duda,  el  hecho  de  que  los  reyes  de  la  XII  Dinastía  siguieran  en  gran

               medida  la  misma  política  en  Egipto  que  en  la  conquistada  Nubia  dice  mucho
               acerca de su cosmovisión: los recursos —tanto humanos como materiales, tanto

               autóctonos como extranjeros— estaban ahí para ser explotados en beneficio de

               la corona. La gente no era más que otra mercancía, que podía ser transportada de
               un lugar a otro en función de las necesidades. Al igual que procesos industriales

               como  la  elaboración  de  pan  y  de  cerveza  y  la  fabricación  artesana  podían

               acomodarse mejor en talleres perfectamente alineados a la manera de barracones,
               también  podía  alojarse  a  la  mano  de  obra  de  modo  similar.  Allí  donde  se

               descubren asentamientos de la XII Dinastía, ya sea en el delta del Nilo o en el

               Alto  Egipto,  todos  ellos  exhiben  el  mismo  diseño  rígido.  A  menudo  parecen

               haber sido fundados en zonas hasta entonces deshabitadas, y, en consecuencia,
               debieron de implicar el traslado forzoso de poblaciones enteras; y todo ello en

               función del capricho del Estado.
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