Page 220 - Auge y caída del antiguo Egipto
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ya fuera por falta de carisma personal, por falta de apoyo político o simplemente
por su avanzada edad, el caso es que Amenemhat IV no dejó huella durante la
década que permaneció en el trono. Le sucedió una hija de Amenemhat III,
Sobekneferu (1760-1755). La accesión al trono de la primera «mujer rey» de
Egipto —por entonces no existía en egipcio la palabra reina, cuya mera noción
era una especie de anatema para la ideología del antiguo Egipto— era una señal
inequívoca de que la XII Dinastía había perdido ímpetu. Desesperada por
reforzar su legitimidad, trató de subrayar especialmente la relación con su padre
(ignorando en la práctica a su ineficaz predecesor) y concentró sus actividades
de construcción en Hauara, donde Amenemhat III había erigido el recinto de su
segunda pirámide. No obstante, tras un breve reinado de solo cinco años,
también Sobekneferu se fue.
La dinastía que se iniciara con una marcha triunfal terminó saliendo
discretamente por la puerta de atrás. Sin el vigor de un gobierno firme, las
fuerzas del desorden, tanto dentro como fuera del país, vieron llegada su
oportunidad.