Page 260 - Auge y caída del antiguo Egipto
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Por segunda vez en la historia egipcia, el foco de la actividad de las
construcciones reales fue la sede dinástica de Tebas. En los siglos transcurridos
desde que había pasado a ocupar un lugar prominente, la ciudad se había
expandido más allá de los confines de las murallas del Imperio Medio; pero, para
la mayoría de sus habitantes, las condiciones de vida seguían siendo de miseria y
hacinamiento. A falta de regulaciones urbanísticas, los barrios crecían
descontroladamente, ocultando el patrón cuadriculado del asentamiento inicial.
Con la producción agraria de la ciudad como primera prioridad, el terreno
edificable era escaso, y los amasijos de casas se apelotonaban en un denso
laberinto de callejuelas. El espacio, el agua y la sombra eran mercancías
codiciadas en el antiguo Egipto, pero extremadamente difíciles de conseguir en
un entorno urbano. Las familias que podían permitírselo construían en altura
para ganar espacio adicional, escapando así al riesgo de inundación durante los
Nilos altos y alejándose, además, de los desechos acumulados y los malos olores