Page 270 - Auge y caída del antiguo Egipto
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MÁS Y MÁS GRANDE
Una cosa era conquistar Nubia, que era una extensión natural del valle del Nilo
egipcio y un territorio fácilmente accesible en barco, y otra muy distinta ampliar
las fronteras del país hacia Asia, con multitud de ciudades-Estado y un territorio
completamente desconocido. Sin embargo, no bien Thutmose hubo terminado de
celebrar que había metido en cintura a Kush, empezó a hacer planes para realizar
una incursión no menos ambiciosa en Oriente Próximo, «para lavar su corazón
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[es decir, aplacar su deseo] en todas las tierras extranjeras». Esta vez, no
obstante, parece que el principal objetivo del rey fue un golpe propagandístico a
corto plazo, en lugar de la supremacía militar absoluta. Las guarniciones
egipcias de Sharuhen y Gaza, establecidas por sus predecesores, parecían
suficientes para evitar otra invasión como la de los hicsos por parte de asiáticos
hostiles. Los intereses económicos egipcios siguieron centrándose en el «centro
de distribución» de Kebny, desde donde la corte real podía obtener todos los
productos exóticos que deseaba: madera, aceites aromáticos, estaño y plata. Pero
eso no era suficiente para Thutmose, el azote de Nubia. Anhelaba el
reconocimiento internacional de Egipto como gran potencia y en pie de igualdad
con los demás imperios emergentes de Oriente Próximo. Y sabía que la forma
más rápida de obtener tal estatus era una masiva exhibición de fuerza ante las
propias narices de sus rivales.
Puede que hubiera también un motivo estratégico a largo plazo para realizar
una incursión armada en Asia. Los predecesores de Thutmose de finales del
Imperio Medio no habían sabido reconocer la amenaza planteada por los hicsos
hasta que fue demasiado tarde, y él estaba decidido a no repetir ese error. Sus
emisarios y espías le habrían informado de que en el norte de Mesopotamia,
mucho más allá de las fronteras de Egipto, otra potencia que podría resultar
hostil estaba adquiriendo cada vez mayor poder. El reino de Mitani había sido
forjado, a partir de una serie de estados más pequeños, por una fuerza de
guerreros de habla indoeuropea. Además de su extraña lengua (reflejada en los