Page 335 - Auge y caída del antiguo Egipto
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real. Y sería Ajetatón, y no Tebas, el lugar elegido para el eterno reposo del rey:
Si muero en alguna ciudad del norte, el sur, el oeste o el este en estos millones de años, traedme de
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vuelta para que pueda ser enterrado en Ajetatón.
Toda la ceremonia y los detalles del decreto del rey quedaron registrados para
la posteridad en tres enormes escenas, talladas en los riscos en los límites norte y
sur del emplazamiento, y ornadas con estatuas del rey y la reina.
Exactamente un año después, Ajenatón efectuó una segunda visita para
inspeccionar los progresos de la obra. Tras pasar la noche en una tienda
alfombrada (llamada «Atón está satisfecho»), al amanecer volvió a aparecer
subido en un carro dorado, realizó otra gran ofrenda a su dios, y juró por Atón y
por la vida de su esposa y de sus hijas que todo lo que hubiera en Ajetatón
pertenecería para siempre a Atón y no a otro. Su segundo decreto, que establecía
de manera más precisa los límites de la ciudad, fue debidamente grabado en un
nuevo conjunto de trece mojones fronterizos situados a ambas orillas del Nilo.
Por su parte, la propia construcción de la ciudad aceleró el ritmo, ayudada por
inmensas cantidades de piedra que era transportada desde una enorme cantera
excavada en los riscos septentrionales. El uso de «ladrillos» de piedra de un
tamaño estandarizado (un codo por medio codo), lo bastante pequeños como
para ser transportados por un solo obrero, permitió una construcción rápida. Tras
dos años de febril actividad, la ciudad estaba lista para acoger a la familia real
como su residencia permanente.
Tal como pretendía Ajenatón, «el horizonte de Atón» se diseñó
meticulosamente para dar un lugar prioritario a los principales edificios públicos.
Estos estaban conectados al Camino Real, que discurría en paralelo al Nilo y
formaba el núcleo ceremonial de la capital. El recorrido diario del rey en carro
desde la residencia regia hasta la sede del gobierno, y viceversa, reproducía de
nuevo deliberadamente la trayectoria de Atón a través del cielo, señalando la
estrecha relación entre los corregentes celestial y terrenal. Asimismo,