Page 442 - Auge y caída del antiguo Egipto
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asombroso acto de profanación y blasfemia. Las acciones de los propios
empleados del faraón estaban socavando activamente los fundamentos del
Estado. Y no es que a los ladrones les preocuparan, ni remotamente, las
implicaciones teológicas de sus actos; a ellos lo único que les importaba era el
botín, unos quince kilos de oro para ser más exactos. Eso compensaba con creces
las raciones que les debía el Estado.
Cuando el robo finalmente salió a la luz, cuatro años después, lo único que
pudo hacer el gobierno fue castigar a los cabecillas y crear una comisión real
para investigar qué había ocurrido (algo que todavía hoy representa un cómodo
sustituto de una acción categórica). Pero una comisión real sin una autoridad real
que la respaldara era un sinsentido, y sirvió simplemente para avivar la
encarnizada rivalidad que existía entre los dos funcionarios civiles más
importantes de Tebas. Presidía la comisión el alcalde de Tebas este, Paser, y
entorpeciendo su labor por todos los medios de los que disponía, por las buenas
o por las malas, estaba el alcalde de Tebas oeste, Paueraa, cuya jurisdicción
incluía la necrópolis real. Cada uno de los dos hombres vio en aquella
investigación una oportunidad de oro para aventajar al otro. Mientras que Paser
estaba decidido a usarla para afirmar su autoridad y hacer descender a su rival un
peldaño o dos, Paueraa estaba igualmente resuelto a eliminar a su contrincante
de una vez por todas.
La lectura de los informes de la comisión debió de resultar deprimente allá en
los despachos del gobierno de Per-Ramsés. De las diez tumbas reales
inspeccionadas, solo una permanecía intacta. Algunas habían sido objeto de
robos parciales, y otras habían sido saqueadas por completo. Ante semejante
desastre, era el momento de buscar un chivo expiatorio. Pero, en cuanto la
comisión involucró a Paueraa, este contraatacó. Luchando por defender tanto su
vida política como su vida a secas (dado que la pena por saquear una tumba real
era la muerte), Paueraa tocó todas las teclas que pudo y pidió todos los favores
posibles. Con la ayuda del visir Jaemuaset, logró contrarrestar las conclusiones
de la comisión y salir indemne. Al final de todo el proceso, tanto Paueraa como