Page 470 - Auge y caída del antiguo Egipto
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de Tebas. En tiempos antiguos, este cometido de portadores había pasado
inadvertido, pero ahora que los oráculos divinos habían pasado a desempeñar un
papel primordial en los asuntos de Estado, los sutiles movimientos de la barca-
altar de Amón a su paso por la ciudad revestían una trascendencia enorme. Una
embestida repentina o una fugaz inclinación podían interpretarse como una señal
de la voluntad del dios, con consecuencias para el clero, para el reino tebano y
para todo Egipto. Los humildes portadores de la estatua se dieron cuenta de que
el destino de toda la nación descansaba, bastante literalmente, sobre sus
hombros, y no tardaron en aprovechar esa influencia en su propio beneficio
económico. Su demanda de un trozo más grande del pastel les llevó a un
conflicto directo con los sirvientes del dios; una nueva realidad política había
venido a interferir en los antiguos privilegios.
Tan grande era la riqueza material del clero de Amón, sobre todo en Tebas,
que la clase dirigente libia empleaba todos los medios de que disponía para
obtener puestos lucrativos en sus templos. Las esposas e hijas desempeñaban un
papel especialmente relevante, ayudando a conseguir poder económico y político
para su clan al presentarse ellas mismas como candidatas a puestos prestigiosos
en la jerarquía sacerdotal. En el plazo de unas generaciones, el cargo de «esposa
del dios Amón» llegó a eclipsar incluso al de sumo sacerdote.
Por más que los gobernantes posramésidas de Tebas se calificaran a sí mismos
de sumos sacerdotes de Amón y afirmaran recibir sus órdenes de la propia
deidad suprema, la verdadera base de su autoridad política era la mera fuerza
bruta. Era el poder del ejército, no la sanción divina, lo que sustentaba su
régimen. Herihor y sus sucesores eran estrategas lo bastante experimentados
como para darse cuenta de que el poder coercitivo era el instrumento más eficaz
de gobierno. Así, ya desde un primer momento se propusieron reforzar su
dictadura militar por medio de la arquitectura de la opresión: una cadena de
instalaciones fortificadas repartidas por todo el Alto Egipto. Los primeros
eslabones de esa cadena eran cinco fuertes situados en la franja norte del valle
del Nilo; unos fuertes que, irónicamente, habían sido construidos por los