Page 59 - Auge y caída del antiguo Egipto
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     obviamente, era bastante distinta. En los momentos de falta de unidad nacional,
               varios gobernantes establecidos en distintas partes del país podían reclamar a la
               vez el título real y el gobierno. En consecuencia, nuestro conocimiento moderno
               de  la  historia  egipcia  considera  que  las  dinastías  XXII,  XXIII  y  XXIV  de
               Manetón  están,  al  menos  parcialmente,  superpuestas  en  el  tiempo.  Diversos
               estudios recientes han demostrado que algunas de sus dinastías (como la VII)
               resultan  ser  del  todo  espurias,  resultado  de  una  interpretación  errónea  de  los
               antiguos  registros  de  los  templos,  mientras  que  las  dinastías  IX  y  X  parecen
               representar a una única familia reinante, y no a dos. Aparte de estas correcciones
               y  modificaciones,  el  sistema  de  Manetón  se  ha  revelado  impresionantemente
               robusto  y  duradero.  Pero,  sobre  todo,  el  hecho  de  que  siga  constituyendo  la
               forma más cómoda de dividir la historia del antiguo Egipto, viene a subrayar el
               carácter  central  de  la  monarquía  para  su  comprensión  —y  la  nuestra—  de  la
               civilización faraónica.
                  De  hecho,  la  realeza  como  forma  de  gobierno  era  intrínsecamente  egipcia.
               Entre  las  primeras  civilizaciones  del  mundo  antiguo,  solo  Egipto  abrazó  esta
               particular  forma  de  gobierno  desde  los  mismos  comienzos  de  su  historia.  En
               Mesopotamia (la actual Irak), las ciudades-Estado basaban su identidad en los
               templos locales, de modo que eran los sumos sacerdotes quienes ostentaban el
               mayor  poder  político  y  económico.  Solo  más  tarde  se  desarrolló  un  sistema
               monárquico, aunque este nunca llegaría a ser tan exhaustivo u omnipotente como
               su equivalente egipcio. En el valle del Nilo parece que había reyes gobernando al
               pueblo ya desde los tiempos prehistóricos. En diversas excavaciones recientes
               realizadas en el antiguo cementerio real de Abedyu, se han descubierto tumbas
               que  datan  aproximadamente  del  año  3800.  Una  de  ellas  contenía  un  vaso  de
               cerámica decorado con la que quizá sea la imagen más antigua conocida de un
               rey. Representa una figura alta con una pluma en la cabeza, que sostiene una
               maza en una mano mientras con la otra sujeta una soga a la que están atados tres
               cautivos. La subyugación de los enemigos y la característica combinación del
               tocado  de  pluma  y  la  maza  —que  también  se  encuentra  en  el  arte  rupestre





