Page 592 - Auge y caída del antiguo Egipto
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el nacimiento de otro hijo con Cleopatra, Ptolomeo Filadelfo. En una segunda
               campaña en Partia, en el año 34, Cleopatra viajó con Marco Antonio hasta las

               orillas del Éufrates. Esta vez, Marco Antonio obtuvo una victoria parcial sobre

               Armenia, celebrada con una pompa bastante desproporcionada en las llamadas
               «Donaciones  de  Alejandría».  Ante  una  enorme  multitud,  Marco  Antonio  y

               Cleopatra  aparecieron  juntos  en  tronos  de  plata,  ella  ataviada  como  Isis.

               Entonces,  Marco  Antonio  proclamó  con  audacia  que  sus  hijos  serían  los

               gobernantes de las provincias orientales de Roma: a Cleopatra y Cesarión se les
               darían los territorios ptolemaicos tradicionales de Egipto, Chipre y la Cirenaica,

               junto con la Siria Coele; a Alejandro Helios, ataviado para la ocasión con el traje

               persa, se le darían Armenia, Media y Partia (obviando el pequeño inconveniente
               de  que  esta  última  estaba  todavía  por  conquistar),  mientras  que  Ptolomeo

               Filadelfo,  de  dos  años  de  edad  y  vestido  con  el  traje  tradicional  macedonio,

               recibiría  las  provincias  de  Fenicia,  Siria  y  Cilicia  (sudeste  de  Anatolia).  Los

               jóvenes fueron aclamados como «reyes de reyes», destinados a gobernar todo el
               Imperio oriental.

                  Era un sueño imposible. Pero al albergarlo y alinearse tan públicamente con

               Marco  Antonio,  Cleopatra  se  arriesgaba  a  suscitar  las  iras  de  Roma,  cuyos
               senadores  y  ciudadanos  tenían  una  opinión  particularmente  mala  sobre  las

               fantasías orientalistas.





               EL FINAL


               Un notable documento escrito en papiro resume el rápido declive de Egipto en

               los últimos y trágicos años del reinado de Cleopatra. Datado el 23 de febrero del

               33,  deja  constancia  de  un  real  decreto  que  concede  privilegios  fiscales
               extraordinarios  a  un  general  romano.  No  a  cualquier  general,  sino  la  mano

               derecha  de  Marco  Antonio,  Publio  Canidio.  El  edicto  de  Cleopatra  le  daba

               permiso para exportar diez mil sacos de trigo de Egipto —por algo se llamaba a
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