Page 84 - Auge y caída del antiguo Egipto
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llamado  Hemaka,  que  fue  canciller  del  rey  Den  y  responsable  de  la  hacienda
               pública.  Entre  los  objetos  funerarios  se  hallaba  una  pequeña  caja  de  madera

               taraceada  que  contenía  dos  rollos  de  papiro,  los  ejemplares  más  antiguos

               descubiertos  hasta  ahora.  No  podría  haber  mejor  ilustración  de  la  estrecha
               relación entre escritura y poder que existía en el antiguo Egipto. De hecho, la

               inscripción «autobiográfica» más antigua del valle del Nilo se encuentra en la

               lápida  de  uno  de  los  sucesores  de  Hemaka.  Este  funcionario,  llamado  Merka,

               sirvió  al  último  rey  de  la  I  Dinastía,  y  su  particular  combinación  de  títulos  y
               nombramientos revela la naturaleza de los altos cargos en el antiguo Egipto. Pese

               a ostentar una serie de cargos vinculados a la casa real, incluidos el de «director

               de la real barca» (el barco oficial del rey) y el de «responsable de la cámara de
               audiencias», lo que le valió a Merka su excepcional estatus fue un antiguo cargo

               religioso  asociado  al  culto  a  la  realeza  divina.  Para  él,  como  para  sus

               contemporáneos, el rey representaba el único camino posible para hacer carrera.

               La  variopinta  colección  de  títulos  administrativos,  cortesanos  y  religiosos  de
               Merka refleja un sistema administrativo que en general resultaba bastante poco

               organizado. Quizá con la única excepción de la hacienda pública, no existía una

               demarcación  precisa  de  las  responsabilidades.  Lo  único  que  importaba  era  la
               proximidad al rey.

                  Sin  embargo,  las  tumbas  construidas  en  Saqqara  del  Norte  por  Hemaka,

               Merka  y  otros  altos  funcionarios  no  eran  meras  recompensas  por  sus  leales
               servicios; representaban también una afirmación audaz y extremadamente visible

               de  la  autoridad  pública,  cuya  silueta  se  recortaba  ahora  contra  el  cielo.  En

               lugares situados a lo largo y ancho del valle del Nilo, desde Giza y Tarjan en el
               norte hasta Inerty (la actual  Gebelein) y Iuny  (la actual Armant) en el sur, la

               unificación  del  país  y la resultante omnipotencia regia fueron proclamadas de

               una  misma  forma.  La  repentina  aparición  de  imponentes  tumbas  imitando  el

               estilo de la fachada palaciega (el Muro Blanco), en lugares destacados de sus
               comunidades locales, debió de tener un profundo impacto en el conjunto de la

               población.  Un  impacto  que  debió  de  ser  comparable,  por  ejemplo,  a  la
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