Page 369 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Veyes para el templo de Júpiter Capitolino en Roma. Pero tras la difusión en tierras
        itálicas de la imagen del Zeus de Olimpia,  Tinia acabaría por adoptar sus rasgos físi­
        cos, según prueba una terracota arquitectónica hallada en Orvieto o una pyxís en la
        que se le ve participando en la escena del nacimiento de Atenea.
           El  Tinia etrusco, a pesar de quedar asociado a mitos puramente de corte heleno
        (Minerva, Heracles), no fue un simple calco del Zeus griego o del Júpiter latino, sino
        que tuvo sus propios rasgos míticos y teológicos.
           El llamado, aunque impropiamente, Plomo de Magliano y el Liber linteus de Zagreb
        prescriben determinados ritos en su honor, en contextos asociados tanto al mundo
        ctónico como al celeste. Tuvo culto en Orvieto, en donde contó, como mínimo, con
        dos  santuarios,  así  como  en Tarquinia, Volsinii y Arezzo  (aquí le  sería dedicada la
        magna obra broncínea conocida como la Quimera).
           Su importancia religiosa quedó manifiesta en el hecho  de estar registrado nada
        menos que cinco veces —con sus epítetos— en el Hígado de Piacenza. Uno de estos
        epítetos (thuf),  atribuido en dos ocasiones al dios y en otra inscrito de modo aislado
        (thuflthas),  quizá pudo haber servido para designar a los penates etruscos, a quienes
        Varrón llamó complicesy comentes, creídos hombres y mujeres que aconsejaban a Tinia.
           El nombre de  Tbufltha aparece en el Sátiro de Vulci (CIE,  1033) y en una estatui­
        lla de una colección privada francesa.



        b)  Uni

           La  esposa  de  Tinia fue  Uni,  la reina,  la «delicia del  género  etrusco»,  diosa  que
        compartía a veces con su esposo determinados sectores celestes y que figuraba en una
        de las casillas del Hígado de Piacenza seguida del epíteto Mae. Aparte de poder arrojar
        el rayo, tuvo connotaciones  de diosa de la fecundidad,  adoptando muy pronto los
        caracteres de la Hera griega.
           El nombre de Uni proviene del latino Junon, dado a una diosa romana con quien
        se la puede equiparar.  Uni fue figurada armada (Juno Quirites), con la cabeza cubierta
        con los despojos de una piel de cabra, similar a Juno Caprotina. En algunas ocasiones
        fue representada combatiendo (Juno Sospita =  «Juno libertadora»), como puede verse
        en un bronce arcaico del Museo de Florencia, en un ánfora póntica de Londres y en
        una lastra broncínea de Castel San Mariano de Perugia. Su imagen fue también reco­
        gida en numerosas antefijas tardoarcaicas del Lacio y de Falerii. En otras figuraciones
        aparece  en  contextos  de  escenas  mitológicas  griegas  (juicio  de  Paris,  vivencias  con
        Heracles).
           Para los cartagineses, cuya presencia en Etruria se detectó en diferentes lugares,
        la Uni etrusca era similar a la Astarté fenicia, hecho comprobable en el santuario de
        Pyrgi, en donde aparece citada en una de las famosas láminas de oro. con el nombre
        de Strt. La diosa Uni contó con muchos templos en territorio etrusco, algunos de los
        cuales aparecen citados en la  Tégula de Capua y en el Liber linteus de Zagreb.  Por su
        parte,  Caere, Veyes y Perugia contaron también con templos dedicados a tal diosa.
        En Cortona fue divinidad políada. En el santuario de Gravisca, hacia el 450 a.C., lle­
        gó a suplantar poco a poco a Leucóthea, venerada por comerciantes y marineros grie­
        gos que en tal puerto recalaban. En algunos espejos de bronce fue figurada introdu­
        ciendo a Heracles en el Olimpo, adoptándolo como hijo (Hercle Unial clan) e incluso
        amamantándole a fin de legitimar la inmortalidad del héroe.

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