Page 377 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Satre
Finalmente, hay que consignar a Satre, dios quizá de parecido significado al Sa
turno romano. Satre aparece citado en el Hígado de Piacenza en su forma genitiva
(Satres), así como en el Liber linteus de Zagreb, aquí bajo la forma de Strs. Por desgra
cia, se ignora su exacto contenido religioso, aunque se supone que fue un dios de las
profundidades de la tierra. Se desconoce incluso su iconografía.
Familias de dioses
Aún creyeron en otros dioses que agruparon por familias con un indeterminado nú
mero de componentes (llamados por Séneca Dii supen et involuti, a los que consultaba
Tinia al ir a lanzar un tipo de rayo), o en grupo de doce (Dii comentes), o bien de nueve
(Dii novensiles, Diifulguratores). De todos estos dioses apenas sabemos nada: ni nombre,
ni sexo, ni forma, ni número, ni su culto, ni los santuarios donde fueron venerados.
El d io s « V o ltu m n a »
Una divinidad muy importante fue Veltuna o Velthumna (el Vertumnus romano),
convertido en Deus Etruriae princeps, según indica Varrón (De ling, lat., V, 8), cuando
adquirió individualidad específica por influencias griegas. De un dios gentilicio, aso
ciado en sus orígenes a Tinia (de acuerdo con una denominación binaria), pasó a
convertirse en un ser divino ctónico, de extraña personalidad, creído unas veces
monstruo terrible, otras responsable de la vegetación e incluso gran guerrero, para
terminar por ser convertido en el titular del templo federal de la confederación etras-
ca, el Fanum Voltumnae.
Voltumna, al parecer originario de Volsinii, fue figurado como un joven imberbe y de
aspecto adético, según evidencia un bellísimo bronce de Monterazzano, hoy en el Mu
seo Civico de Viterbo. A pesar de ser considerado el dios que presidía las fuerzas creado
ras, su nombre —de muy compleja etimología, según señaló G. Devoto— no figuró en
el Hígado de Piacenza ni tampoco en la documentación relativa al panteón etrusco. Tal au
sencia onomástica de las inscripciones etruscas e incluso romanas ha hecho pensar que
su nombre serviría quizá como apelativo para referirse a otro dios que, sin duda, hubo de
ser Tinia, o a la idea de un posible contenido solar, que lo acercaría a Catha.
Lógicamente, su culto pasó también a Roma, en donde se le erigió una estatua en
el vicus tuscus o barrio etrusco (Varrón, De ling, lat., V, 8), así como un templo en el
Aventino (Festo, 228 L). En dicha ciudad se le consideró el dios responsable del cam
bio de las estaciones, recibiendo por ello, como ofrenda, flores y frutos. Le fueron de
dicadas también unas fiestas, las Vertumnalia, asociadas a la vendimia. El poeta latino
Sexto Propercio, del círculo de Mecenas, testimonia la presencia de Vertumnus al in
dicar que contemplando la estatua de la divinidad recibió del dios una serie de pala
bras en las que el propio Vertumnus se declaraba de origen etrusco, aludía a la expli
cación de su nombre y a la facilidad de transformarse, incluso en una tierna don
cella. Dicho poeta no dudó en consignarlas en una de sus elegías (Libro IV, eleg. 2):
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