Page 417 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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13: Si truena, amenaza de ruina para un hombre muy poderoso.
                   14:  Si truena, el aire será muy caliente y, sin embargo, habrá una cosecha muy
                abundante y una gran abundancia de pescado de río.  Los cuerpos, no obstante,  se
                debilitarán.
                   15:  Si truena, los volátiles  se sentirán muy incómodos a causa del verano.  Los
                peces morirán.
                   16: Si truena, no solamente será presagio de la mengua de la cosecha, sino tam­
                bién de la guerra. Un hombre muy afortunado desaparecerá.
                   17: Si truena, habrá abundancia; también muerte de ratas, de topos y de langostas.
                Sin embargo, el año proporcionará riqueza al pueblo «romano» y también crímenes.
                   18: Si truena, es el presagio de una desastrosa penuria de frutos.
                   19: Si truena, morirán los animales que dañan los frutos.
                   20:  Si truena, es una amenaza de disensiones en el pueblo «romano».
                   21:  Si  truena,  es  un presagio  de  la  escasez  de vino,  pero  de  abundancia para
                otros productos, así como de pescado.
                   22: Si truena, el calor será desastroso.
                   23: Si truena, es el anuncio de júbilo, del fin de los males, del término de las en­
                fermedades.
                   24: Si truena, es una promesa de abundancia de bienes.
                   25: Si truena, las guerras y las desgracias serán innumerables.
                   26: Si truena, el invierno que vendrá dañará las mieses.
                   27: Si truena, existirá un peligro procedente del ejército para los dirigentes de la
                «república».
                   28:  Si truena, la cosecha de grano será abundante.
                   29:  Si truena, mejorarán los asuntos de la ciudad.
                   30: Si truena, se producirán muchas muertes, sin tardanza.



        Los AUSPICIOS Y LOS PRODIGIOS
           Los vuelos de aves encerraban también determinados mensajes divinos, dedu­
        cidos del sector celeste en el que hubiesen tenido lugar.  Los etruscos fueron, por
        lo que se sabe, notables expertos en el análisis de los mismos (tyrrenike ornithosko-
        pia), al decir de Dionisio de Halicarnaso. Por su parte, Tito Livio (I, 34) recoge un
        auspicio etrusco, extraído del vuelo de un águila, aplicado a Lucumón,  el futuro
        Tarquinio Prisco, extraña acción que ocurrió durante su marcha, en compañía de
        su esposa,  a Roma. Tal ave le quitó primero  el gorro y después se lo volvió  a co­
        locar,  hecho  que  fue  interpetado  por  Tanaquil,  su  esposa,  como  señal  de  gran
        prosperidad.
           Asimismo, en las pinturas de la  Tomba Frangois de Vulci, que ya vimos, se halla re­
        presentada en la pared derecha otra escena de auspicatio. En la misma,  Vel Saties, cubier­
        to con una magnífica toga pida,  se halla observando el vuelo de un pájaro, al tiempo
        que junto a él, un servidor, llamado Amtha, tiene un pájaro en su mano izquierda su­
        jeto con una cuerda que sostiene con la derecha. Esta escena ha sido interpetada como
        un auspicio conectado con la guerra. En la  Tomba degli Auguri de Tarquinia, un hom­
        bre portando en su mano derecha un lituus tiende su izquierda hacia un pájaro rojo.
           La adivinación mediante la ornitoscopia o  avispicina fue,  asimismo, practicada
        por los arúspices y augures romanos, según confirma Plinio el Viejo (Nat. Hist., X, 19)
        al aludir al arúspice C. Umbricio Melior, ya citado, experto en ornitología y autor de
        un tratado sobre el tema.


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