Page 230 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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perspectiva del incrédulo, las principales tareas de un redactor de tabe­
        llae defixionum o  de  esa larga serie  de  amuletos utilizados para toda
        suerte de necesidades que reciben el nombre de lepides, pétala, philacte-
        ria..P. El personaje en cuestión es descrito de una manera algo más
        precisa cuando de él se dice que «este maestro y amante era originario
        de Tiana, de los discípulos de Apolonio y de los que sabían su forma
        de hacer teatro» (5). Es un matiz importante, porque en tal caso no se
        trataría de un simple charlatán, ya que Apolonio de Tiana fue, a lo lar­
        go de todo el siglo n, un momento en el que se está configurando su
        leyenda, un punto de referencia destacado que marca un modelo en
        el que la filosofía, la religión y la magia formaban un conglomerado
        singular20 que vino a difundirse con no poco éxito21. De hecho Aríg-
        noto,  el pitagórico  de El aficionado a las mentiras de Luciano,  es una
        presentación crítico-irónica de este modelo22. Así, aunque a Luciano y
        a otros no les gusten las concreciones de los pitagóricos del momento
        —Artemidoro utiliza el término  «pitagóricos»  como  equivalente  de
        charlatanes  (II  65)—,  se  puede  suponer  un  poso  filosófico  con  un
        fuerte  componente religioso  en la formación de Alejandro23. A esta
        primera gran influencia añade Luciano, siempre en el intento de desa­
        creditar hasta el límite de lo creíble a Alejandro, la de un tal Coconas.
        Se trataba de un autor de coros (chorographos) de origen bizantino, que
        ejercía su talento en los agones literarios de las ciudades que celebraban
        sus fiestas (6)24. Estas fiestas con sus correspondientes certámenes fi­



           19  R. Kotansky,  «Incantations and Prayers for Salvation on Inscribed Greek Amu­
        lets», en Chr. A. Faraone, D. Obbink (eds.), Magika Hiera. Ancient Greek Magic and Re­
        ligion (Nueva York-Oxford, 1991), 106-137, con abundantes referencias a la literatura re­
        lacionada con el tema.
           20  Resulta significativa la relación que hace Luciano por boca de Hermes en la Su­
        basta de vidas de los conocimientos de Pitágoras: «Aritmética, astronomía, magia (tera-
        tetan),  geometría,  música,  hechicería  (goeteían).  Estás  viendo  a  un  destacado  adivino
        (mántin)»(2).
           21  Una relación de los elementos pitagóricos que Luciano atribuye a Alejandro la
        ofreció  F.  Cumont  en  «Alexandre  d'Abonotichos  et le  néo-pythagorisme»,  RHR  86
        (1922), 202-210.
           22  F. Gaseó, «Arígnoto el pitagórico (Luciano, Philopsudés, 29 y ss.)», Gerión 9 (1991)
        y 95-98.
           23  Hay una hipótesis  de R.  Lane Fox, 245 y s.  que le supone preparándose entre
        neopitagóricos en Egas (Cilicia) en el periodo previo a la fundación del oráculo.
           24  Una revisión reciente de conjunto con abundantes referencias bibliográficas de
        estas fiestas y su significado en Asia Menor la hace St. Mitchell en Anatolia. Land, Men,
        and Gods in Asia Minor. I.  The Celts in Anatolia and the Impact o f Roman rule  (Oxford,
        1993), 217-225.

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