Page 322 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
P. 322

XXIV.  (I) At barbari,  consilio Romanorum cognito,
         praemisso  equitatu et  essedariis,  quo plerumque  gene­
         re  in  proeliis  uti  consuerunt,  reliquis  copiis  subsecuti,
         nostros navibus egredi prohibebant. (2) Erat ob has cau­
         sas  summa  difficultas  quod  naves  propter  magnitudi­
         nem nisi in alto constitui non poterant, militibus autem,
         ignotis  locis,  impeditis  manibus,  magno  et  gravi  onere
         armorum oppressis,  simul et de navibus desiliendum et
         in fluctibus consistendum et cum hostibus erat pugnan­
         dum,  (3)  cum  illi,  aut  ex  arido  aut  paulum  in  aquam
         progressi, omnibus membris expeditis, notissimis locis,
         audacter tela conicerent et equos insuefactos incitarent.
         (4)  Quibus  rebus  nostri  perterriti  atque  huius  omnino
         generis pugnae imperiti, non eadem alacritate ac studio
         quo  in  pedestribus  uti  proeliis  consuerant  utebantur.


            XXV.  (1) Quod ubi Caesar animadvertit,  naves lon­
         gas,  quarum  et  species  erat barbaris  inusitatior et mo-




            XXIV.  (1)  Pero  los  bárbaros,  conociendo  el  designio  de  los  romanos,
          enviando  delante  la  caballería  y  los  carros  armados,  de  los  cuales  suelen
         hacer  gran  uso  en  las  batallas,  y  siguiendo  detrás  con  las  demás  tropas,
          impedían  a  los  nuestros  el  desembarco.  (2)  La  dificultad  era  grandísima,
          porque las naves,  a causa de  su  gran tamaño,  no podían fondear  sino mar
          adentro,  y los  soldados, en parajes desconocidos,  con las manos embaraza­
          das  y  abrumados  por  el  gran  peso  de  las  armas,  al  mismo  tiempo  tenían
          que  saltar de  las  naves,  mantenerse  entre  las  olas  y  luchar con  los  enemi­
          gos,  (3)  mientras  que  éstos,  desde  tierra  seca  o  con  sólo  meterse  un  poco
          en  el  agua,  completamente  desembarazados  y  conociendo  palmo  a  palmo
          el  terreno,  disparaban  audazmente  y  espojeaban  sus  caballos  avezados  al
          mar. (4) Acobardados los nuestros por todo  esto y totalmente desconocedo­
          res  de  este  género  de  lucha,  no  mostraban  el  ánimo  y  brío  que  solían  en
          los  combates  de  tierra.
            XXV.  (1) Advirtiéndolo César, ordenó que las naves largas, cuyo aspec­
          to  era  más  extraño  para  los  bárbaros  y  su  ligereza  más  apta  para  manio-
                                   56
   317   318   319   320   321   322   323   324   325   326   327