Page 50 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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terpretibus  remotis,  per  C.  Valerium  Troucillum,  prin­
        cipem  Galliae  provinciae*  familiarem  suum,  cui  sum­
        mam  omnium  rerum  fidem habebat,  cum  eo  conloqui-
        tur:  (4)  simul  commonefacit  quae,  ipso  praesente,  in
        concilio* Gallorum de Dumnorige sint dicta, et ostendit
        quae  separatim  quisque  de  eo  apud  se  dixerit:  petit
        atque  hortatur  ut  sine  eius  offensione  animi  vel  ipse
        de  eo,  causa  cognita,  statuat  vel  civitatem  statuere  iu-
        beat.
           XX.      (1)  Diviciacus,  multis  cum  lacrimis,  Caesarem
        complexus, obsecrare coepit ne quid gravius in fratrem
        statueret:  (2)  Scire  se  illa  esse  vera,  nec  quemquam
        ex eo plus quam se doloris capere, propterea quod, cum
        ipse gratia plurimum  domi atque  in  reliqua  Gallia,  ille
        minimum  propter  adulescentiam  posset,  per  se  crevis­
        set;  (3)  quibus  opibus ac nervis non solum ad minuen­
         dam  gratiam,  sed  paene  ad  perniciem  suam  uteretur.
         Sese  tamen  et  amore  fraterno  et  existimatione  vulgi
        commoveri.  (4) Quod si  quid ei a  Caesare  gravius  acci­
        disset,  cum  ipse  eum  locum  amicitiae  apud  eum  tene-


         pretes  ordinarios  y  empleando  como  tal  a  C.  Valerio  Troucilo,  uno  de  los
         nobles  de  la  Provincia,  amigo  suyo  y  en  quien  tenía  confianza  absoluta,
         conversa  con  aquél;  (4)  recuérdale  lo  que,  estando  él  presente,  se  había
         dicho  de  Dumnórix  en  la  asamblea  de  los  galos  y  le  manifiesta  lo  que
         cada  uno  en  particular  le  había  comunicado  acerca  del  mismo;  ruégale
         muy  encarecidamente  que  no  tome  a  mal  que  el  mismo  César  dicte  la
         sentencia,  una  vez  sustanciado  el  proceso,  o  que  mande  dictarla  al  pueblo.
           XX.   (1)  Diviciaco,  deshecho  en  lágrimas  y  abrazándose  a  César,  se
         puso  a  suplicarle  que  no  tomara  medidas  duras  contra  su  hermano:  (2)
         Bien  sabía  él  que  todo  aquello  era  verdad,  y  a  nadie  causaba  más  dolor
         que  a  él,  puesto  que,  cuando  tenía  en  su  patria  y  en  toda  la  Galia  gran­
         dísima  influencia  y  su  hermano  ninguna,  por  ser  todavía  un  muchacho,
         él  le  había  ayudado  a  medrar,  (3)  y  ahora  éste  empleaba  su  poder  e  in­
         fluencia  no  sólo  para  menguar  su  valimiento,  sino  casi  para  perderle.  Él,
         sin  embargo,  se  dejaba  guiar  por  el  amor  fraterno y  por  la  opinión  públi­
         ca.  (4)  Si  su  hermano  era  duramente  castigado  por  César,  siendo  él  tan
         amigo  suyo,  nadie  dejaría  de  creer  que  se  había  hecho  con  su  consenti-
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