Page 64 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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XXVII.  (1)  Helvetii,  omnium  rerum  inopia  adduc­
        ti, legatos*  de deditione ad eum miserunt. (2) Qui, cum
        eum in itinere convenissent seque ad pedes proiecissent
        suppliciterque locuti flentes pacem petissent, atque eos
        in  eo  loco  quo  tum  essent  suum  adventum  exspectare
        iussisset,  paruerunt.  (3)  Eo postquam  Caesar pervenit,
        obsides, arma,  servos  qui ad eos perfugissent poposcit.
        (4)  Dum  ea  conquiruntur  et  conferuntur,  nocte  inter­
        missa,  circiter hominum milia VI  eius pagi*  qui  Verbi-
        genus  appellatur,  sive  timore  perterriti,  ne,  armis  tra­
        ditis,  supplicio  adficereniur,  sive  spe  salutis  inducti,
        quod  in  tanta  multitudine  dediticiorum  suam  fugam
        aut  occultari  aut  omnino  ignorari  posse  existimarent,
        prima nocte e castris*  Helvetiorum egressi, ad Rhenum
        finesque  Germanorum contenderunt.

           XXVIII.  (1)  Quod  ubi  Caesar  resciit,  quorum  per
        fines  ierant,  his  uti  conquirerent  et  reducerent,  si  sibi
        purgati esse vellent, imperavit:  (2) reductos in hostium
        numero habuit;  reliquos  omnes,  obsidibus,  armis,  per­
        fugis  traditis,  in  deditionem  accepit.  (3)  Helvetios,  Tu-


           XXVII.  (1)  Los  helvecios,  obligados  por  la  más  extrema  penuria,  le
         enviaron  emisarios  para  tratar  de  la  rendición.  (2)  Los  cuales,  presentán­
         dosele  en  el  camino  y  postrados  a  sus  pies,  le  pidieron  la  paz  con  súpli­
         cas  y  llantos  y,  habiéndoles  él  mandado  que  esperasen  su  llegada  en  el
         lugar  en  que  entonces  se  encontraban,  obedecieron.  (3)  Llegado  César allí,
         pidió  rehenes,  las  armas  y  los  siervos  fugitivos  que  se  habían  refugiado
         entre  ellos.  (4)  Mientras  se  llevan  a  cabo  estas  diligencias,  habiéndose  he­
         cho  de  noche,  unos  seis  mil  hombres  de  la  tribu  llamada  verbigena,  ya
         por  miedo  de  que,  una  vez  entregadas  las  armas,  se  les  diera  muerte,  ya
         porque  esperasen  salvarse,  pensando  que  entre  tantos  prisioneros  se  po­
         dría  encubrir  su  fuga  o  pasar  en  absoluto  ignorada,  a  primera  hora  de  la
         noche  salieron  del  campamento  de  los  helvecios  y  se  encaminaron  al  Rin,
         hacia  las  tierras  de  los  germanos.
           XXVIII.  (1)  César,  tan  pronto  como  lo  supo,  mandó  a  todos  aquellos
         por  cuyas  tierras  habían  ido  que,  si  querían  justificarse  a  sus  ojos,  los
         persiguiesen  y  los  hiciesen  volver:  (2)  una  vez  vueltos,  tratólos  como
         enemigos;  a  todos  los  demás,  hecha  la  entrega  de  rehenes,  armas  y  fugi­
         tivos,  los  recibió  bajo  su  protección.  (3)  A  los  helvecios  tulingos  y  lato-
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