Page 94 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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hos postea armatos ac victores superassent. (7) Denique
        hos  esse  eosdem  quibuscum  saepenumero Helvetii  con­
        gressi  non  solum  in  suis,  sed  etiam  in  illorum  finibus,
        plerumque superarint, qui tamen pares esse nostro exer­
        citui  non  potuerint.  (8)  Si  quos  adversum  proelium  et
        fuga Gallorum commoveret, hos, si quaererent, reperire
        posse,  diuturnitate  belli  defatigatis  Gallis,  Ariovistum,
        cum  multos  menses  castris  se  ac  paludibus  tenuisset
        neque sui potestatem fecisset, desperantes iam de pugna
        et  dispersos  subito  adortum,  magis  ratione  et  consilio
        quam  virtute  vicisse.  (9)  Cui  rationi  contra  homines
         barbaros  atque  imperitos  locus  fuisset,  hac  ne  ipsum
        quidem  sperare  nostros  exercitus  capi  posse.  (10)  Qui
        suum timorem in rei frumentariae simulationem angus-
        tiasque  itineris  conferrent,  facere  arroganter,  cum  aut
         de  officio  imperatoris  desperare  aut  praescribere  vide­
         rentur.  (11)  Haec  sibi  esse  curae:  frumentum  Sequa­
        nos,  Leucos,  Lingones  subministrare,  iamque  esse  in
         agris  frumenta  matura;  de  itinere  ipsos  brevi  tempore
         iudicaturos.  (12)  Quod  non  fore  dicto  audientes  neque



         de  estar  sin  armas,  habíanlos  vencido  más  tarde  armados  y  victoriosos.
         (7)  Finalmente,  éstos  eran  aquellos  mismos  con  quienes,  no  sólo  en  su
         propio  país,  sino  también  dentro  de  Germania,  habían  luchado  muchas
         veces,  derrotándolos  las  más  de  ellas,  los  helvecios,  que,  sin  embargo,  no
         habían  podido  resistir  a  nuestro  ejército.  (8)  Si  algunos  se  desalentaban
         ante  la  derrota  y  fuga  de  los  galos,  podían  comprobar,  si  se  enteraban
         bien,  que  Ariovisto,  cuando  aquéllos  estaban  ya  cansados  por  la  duración
         de  la  guerra,  habiendo  él  permanecido  acuartelado  muchos  meses  entre
         pantanos,  sin  presentar  batalla,  cogiéndolos  desprevenidos  y  dispersos,
         los  había  vencido  más  por  astucia  y  maña  que  por  su  valor.  (9)  Pero
         que  ni  el  mismo  Ariovisto esperaba  sorprender  a  nuestro  ejército  con  esta
         treta  que  había  podido  emplearse  contra  hombres  bárbaros  y  rudos.  (10)
         Los  que  disfrazaban  su  miedo  con  la  preocupación  por  el  aprovisiona­
         miento  y  las  angosturas  del  camino  se  comportaban  de  manera  insolente,
         pues  parecía  que  o  desconfiaban  de  la  capacidad  del  general  o  querían
         darle  lecciones.  (11)  A  su  cargo  corrían  todas  estas  cosas:  el  trigo  estaban
         dispuestos  a  proporcionarlo  lo  secuanos,  leucos  y  lingones,  y  ya  estaban
         en  sazón  las  mieses  en  los  campos;  del  camino  ellos  mismos  podrían
         juzgar  en  breve.  (12)  Que  le  dijeran  que  los  soldados  no  iban  a  obedecer
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