Page 96 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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signa  laturi  dicantur,  nihil  se  ea  re  commoveri:  scire
        enim, quibuscumque exercitus dicto audiens non fuerit,
        aut,  male  re  gesta,  fortunam  defuisse  aut,  aliquo  faci­
        nore  comperto,  avaritiam  esse  convictam:  (13)  suam
        innocentiam perpetua vita, felicitatem Helvetiorum bello
        esse perspectam. (14) Itaque se quod in longiorem diem
        conlaturus  esset,  repraesentaturum  et  proxima  nocte
        de  quarta  vigilia*  castra*  moturum,  ut  quam  primum
        intellegere posset utrum apud eos pudor atque oflicium
        an  timor  valeret.  (15)  Quod  si,  praeterea, nemo  sequa­
        tur, tamen se cum sola decima legione* iturum, de qua
        non dubitaret, sibique eam praetoriam cohortem*  futu­
        ram.  Huic  legioni  Caesar  et  indulserat  praecipue  et
        propter virtutem  confidebat  maxime.
           XLI.  (1)  Hac  oratione  habita,  mirum  in  modum
        conversae  sunt omnium mentes  summaque  alacritas  et
        cupiditas  belli  gerendi  innata  est;  (2)  princepsque  de­
        cima  legio*  per tribunos*  militum ei gratias  egit,  quod
        de  se optimum iudicium  fecisset, seque esse ad bellum
         gerendum  paratissimam  confirmavit.  (3)  Deinde  reli­

        sus  órdenes  ni  seguir  adelante  le  traía  sin  cuidado:  sabía  muy  bien  que
         todos  aquellos  a  quienes  no  habían  obedecido  sus  ejércitos  o  bien  habían
         sido  abandonados  por  la  fortuna  a  causa  de  un  desastre  militar  o  habían
         mostrado  su  avaricia con  injusticias  manifiestas:  (13) el  desinterés  de  César
         se  había  demostrado  en  toda  su  vida,  y  su  buena  suerte,  en  la  guerra  de
         los  helvecios.  (14)  Por  todo  lo  cual  había  determinado  hacer  ya  lo  que
         antes  pensaba  dejar  para  más  tarde,  y  en  la  noche  siguiente,  muy  de
         madrugada,  levantaría  el  campo,  para  ver  qué  era  lo  que  podía  más  en
         ellos,  si  el  honroso  cumplimiento  del  deber  o  el  miedo.  (15)  Por  lo  demás,
         aun  cuando  nadie  le  siguiera,  él  iría  adelante  sólo  con  la  legión  décima,
         de  la  cual  no  tenía  duda  ninguna,  y  ésta  le  serviría  de  cohorte  pretoria.
         Esta  legión  era  con  la  que  más  atenciones  había  tenido  siempre  César  y
         en  la  que,  a  causa  de  su  valor,  más  confiaba.

           XLI.  (1)  Pronunciado  este  discurso,  se  cambiaron  maravillosamente  los
         ánimos  de  todos  y  un  gran  denuedo  y  deseo  de  combatir  nació  en  ellos;
         (2)  principalmente  la  legión  décima,  por  mediación  de  los  tribunos  mili­
         tares,  le  dio  las  gracias  por  la  altísima  opinión  que  tenía  de  ella  y  le
         aseguró  que  estaba  sumamente  dispuesta  a  la  lucha.  (3)  En  seguida  las
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