Page 179 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos        179



                Más allá de la clásica oposición entre el modelo neoliberal y las fuer-
            zas disidentes. Más allá de los conflictos con los movimientos sociales o
            la aparición de partidos políticos anti-sistémicos, en Bolivia surgió una
            crisis a partir del año 2003, tal vez más grave que la de carácter econó-
            mico. Se trata de un quiebre en el bloque de poder de las élites dominantes,
            cuya crisis es la pérdida de un horizonte de largo aliento, junto a una
            total incertidumbre sobre su futuro papel en el modelo de libre mercado.
            El hundimiento del gonismo revela cómo las élites empresariales ya no
            eran aquella clase social homogénea –por lo menos desde el punto de
            vista ideológico– que rearticuló su poder y gozó de privilegios desde 1985.
                Cuando recordamos los fenómenos más dramáticos en los últimos
            treinta años de historia política en Bolivia, rápidamente salta a la memo-
            ria nuestra transición hacia la democracia en 1982. En realidad, parece ser
            más correcto indicar que existieron tres transiciones fundamentales. La
            primera transición fue el paso del autoritarismo militar hacia el gobierno
            de la UDP, reconociéndose la legitimidad del ex presidente Hernán Siles
            Suazo. Lo más sobresaliente de este acontecimiento fue que las Fuerzas
            Armadas quedaron sin la más mínima posibilidad de participación polí-
            tica en el nuevo escenario democrático.
                Las transiciones de gobiernos militares a democráticos obligan tam-
            bién a observar un aspecto más profundo: la cultura política, entendida
            como aquella matriz de relación entre el Estado, estructuras político-par-
            tidarias, sociedad civil y el sentido que la gente otorga a la política y a las
            acciones colectivas. Esta cultura política en Bolivia, está todavía cargada
            de resabios autoritarios que cuestionan constantemente la legitimidad
            democrática y nos empujan otra vez al precipicio de la dictadura.
                La segunda transición se relaciona con la crisis hiperinflacionaria que
            destruyó a la UDP entre 1982 y 1985, lo cual dio paso a la llegada del Ajuste
            Estructural con el 21060, enterrándose al viejo capitalismo de Estado
            que dominó desde 1952. Esta transición económica nos enfrentaba con
            mayor radicalidad a la economía de mercado, procesos de competitividad
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