Page 320 - El Retorno del Rey
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excepto para los hombres del Jefe; y como el Jefe no soportaba la cerveza, a
menos que la bebieran sus hombres, cerró todas las tabernas; y todo, menos las
Normas, escaseaba a más y mejor; a menos que uno consiguiera esconder algo,
cuando los rufianes iban de granja en granja recolectando « para un reparto
equitativo» ; lo cual significaba que ellos se quedaban con todo y nosotros con
nada, salvo las sobras que acaso te dieran en las Casas de los Oficiales, si las
podías tragar. Todo lo peor. Pero desde que llegó Zarquino, ha sido una verdadera
calamidad.
—¿Quién es ese Zarquino? —preguntó Merry—. Se lo oí nombrar a uno de
los rufianes.
—El rufián más rufián de toda la pandilla, no le quepa la menor duda —
respondió Coto—. Fue en la época de la última cosecha, hacia fines de
septiembre, cuando oímos hablar de él por primera vez. No lo hemos visto nunca,
pero está allá arriba, en Bolsón Cerrado; y ahora él es el verdadero Jefe,
supongo. Todos los bandidos hacen lo que él dice; y lo que él dice es
mayormente: hachar, quemar, destruir; y ahora han empezado a matar. Y ya ni
siquiera con algún propósito, por malo que sea. Voltean los árboles y los dejan
tirados allí, y queman las casas y no construyen otras.
» La historia del Molino de Arenas, por ejemplo. Granujo lo hizo demoler no
bien se instaló en Bolsón Cerrado. Luego trajo una pandilla de hombres sucios y
malcarados para que construyesen uno más grande; y lo llenaron de bote en bote
de ruedas y otros adminículos estrafalarios. El único que estaba contento con todo
esto era el imbécil de Ted, y allí trabaja ahora, limpiando las ruedas para
complacer a los hombres, se da cuenta, allí donde el padre de él era el molinero
y el dueño y señor. La idea de Granujo era moler más y más rápido, o eso decía.
Tiene otros molinos semejantes. Pero para moler se necesita grano; y para el
molino nuevo no había más grano que para el viejo. Pero desde que llegó
Zarquino ya ni siquiera muelen. No hacen más que martillar y martillar, y echan
un humo y un olor… Ya no hay más tranquilidad en Hobbiton, ni siquiera de
noche. Y tiran inmundicias adrede; han infestado todo el curso inferior del
Elagua, y ya empiezan a bajar al Brandivino. Si lo que se proponen es convertir
la Comarca en un desierto, no podían haber buscado un camino mejor. Yo no
creo que el tonto del Granujo esté detrás de todo. Para mí, que es Zarquino.
—¡Claro que sí! —interrumpió Tom el joven—. Si hasta a la propia madre del
Granujo se la llevaron, a esa vieja Lobelia, y aunque nadie la podía ver ni en
pintura, él al menos la quería. Alguna gente de Hobbiton estaba allí y vio lo que
pasó. Ella viene bajando por el camino con su viejo paraguas. Unos cuantos
bandidos van en sentido contrario con un carro.
» —¿Se puede saber a dónde van? —ella dice.
» —A Bolsón Cerrado —ellos dicen.
» —¿A hacer qué? —ella dice.