Page 151 - La Traición de Isengard
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concluido”. Y así montó y cabalgó sin decir una palabra más… y ello me
pareció muy extraño. [Adición marginal: y se habría marchado entonces.
“Quédate un momento, Radagast”, dije. “Necesitamos ayuda de toda clase.
Envíale mensajes a todos los pájaros y bestias que sean tus amigos. Diles que
transmitan a Saruman y a Gandalf todo lo que averigüen. Que los mensajes sean
enviados a Orthanc.”] [166] Pero no pude seguirlo. Había viajado mucho y
Galeroc [167] estaba cansado. Pasé la noche en Bree y me marché al
amanecer… y si alguna vez vuelvo a ver al [? posadero] no quedará Manteca en
Mantecona. Le derretiré la grasa… [168] Pero bendito sea, es un hombre valioso
y parece haber mostrado un corazón bravo. Probablemente, me ablande. Sin
embargo, al tener tanta prisa confié en él para que mandara el mensaje a Frodo
y me marché al amanecer, y por fin llegué a la morada de Saruman el Blanco.
Ésta se encuentra en Isengard, al norte de las Montañas Tenebrosas en el Sur.
[169] Allí hay un círculo de colinas escarpadas que rodea un valle, y en medio
de ese valle hay una torre de piedra llamada Orthanc. Llegué a la gran puerta en
la pared de roca y me dijeron que Saruman me esperaba. [170] Seguí a caballo,
y la puerta se cerró a mi espalda, y de repente tuve miedo.
» Saruman estaba allí, pero había cambiado. Llevaba puesto un anillo en el
dedo. “Así que has venido, Gandalf”, me dijo, y me pareció ver una risa
mortífera en sus ojos. “Sí, he venido en busca de tu ayuda, Saruman el Blanco.”
Pero ese título dio la impresión de llenarlo de furia. “¿Ayuda?”, dijo fríamente.
“Pocas veces se ha oído que Gandalf el Gris pidiera ayuda, alguien tan astuto y
tan sabio, que va de un lado a otro por las tierras, metiéndose en todos los asuntos,
le conciernan o no.”
» “Hay cosas ahora que requieren la unión de todas nuestras [158] fuerzas [?
en unión]”, dije. “El Jefe de los Nueve va con el aspecto de un Jinete Negro,
igual que sus compañeros. Así me informó Radagast.”
» “Radagast el Pardo”, dijo, y estalló en una carcajada. “Radagast el Simple,
Radagast el Tonto. [Añadido a lápiz: Sin embargo, la inteligencia le alcanzó para
interpretar el papel que yo le asigné.] No obstante, debe de haber interpretado
bien su papel. Pues has venido [añadido a lápiz: y ése era el propósito del
mensaje]. Y aquí te quedarás, Gandalf el Gris. Pues yo soy Saruman el Sabio,
Saruman el Multicolor. Porque la ropa blanca puede teñirse, la página blanca
puede cubrirse de letras, y la luz blanca quebrarse.” [Escrito a lápiz al margen,
sin indicación para su inserción: Lo miré entonces y vi que sus ropas no eran
blancas como había sido su costumbre, sino que eran de muchas tonalidades, y
cuando se movía cambiaban de color.]
» “En cuyo caso ya no es blanca”, dije. “Pues el blanco puede mezclarse de
muchos colores, pero muchos colores no son blancos.” “No necesitas hablarme