Page 166 - La Traición de Isengard
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te brillaba en el pelo.
Gandalf lo miró asombrado. —Despierta Frodo —dijo—, estás soñando.
—Estaba soñando —comentó Frodo—. Tus palabras me recordaron de pronto
un sueño que tuve. Creí que sólo se trataba de un sueño y lo había olvidado. Me
parece que fue en casa de Bombadil. Vi una sombra…
—¡Ya es suficiente! —rió Gandalf—. Fue un sueño, pero da la impresión de
que fue uno verdadero. No obstante, la historia es mía, y no necesitas
estropearme la narración.
Ésta se rechazó en favor de la segunda versión, que comienza de la misma
manera y sigue con el diálogo mantenido en CA (p. 362).
Gandalf ahora dice que las Águilas de las Montañas Nubladas han visto no a
« los Nueve Jinetes que iban de acá para allá por las tierras» , como en CA, sino a
« los Nueve Jinetes haciendo retroceder a los hombres de Minas Tirith» . Esto se
acompaña con la adición de la declaración de Boromir dada en la p. 163, nota
158, donde habla de los nueve jinetes de negro que conducían a las huestes de
Minas Morgol cuando se realizó el cruce del Anduin. El Águila que fue a Orthanc
sigue siendo Gwaewar (y también Gwaiwar), no Gwaihir, pero ahora se la llama
« la más rápida de las Grandes Águilas» , no « jefe de las águilas» , como en el
borrador. En la conversación de Gandalf con Gwaewar mientras volaban desde
Isengard, Rohan fue llamada primero la Marca de los Caballos, cambiado en el
acto por la Marca de los Jinetes; los hombres de [179] Rohan aún son los
Rohiroth. Gandalf todavía no hace referencia a haber descubierto que « el mal
ya estaba trabajando» en Rohan (véase p. 61) Aragorn dice de los caballos de
Rohan que « en ellos hay una ascendencia de los días de Elendil» , no « de los
Días Antiguos» ; y del caballo que recibió en Rohan, Gandalf comenta: « Por lo
menos uno se ha salvado. Es un caballo gris y fue bautizado Halbarad, [193] pero
yo lo he llamado [Crin Gris cambiado en el acto por] Sombragrís. Ni siquiera los
caballos de los Nueve son tan incansables y veloces…» .
Cuando Gandalf llegó a Cricava, « perdí la esperanza, hasta que encontré a
Hamilcar Bolger. Seguía temblando como una hoja, pero tuvo el buen sentido de
despertar a todos los Brandigamos» . En el momento de la escritura, esto se
cambió por lo que dice en CA (p. 365): « no me quedé a recoger noticias, que me
hubiesen aliviado» . Lo que piensa de Mantecona se expresa así: « “Mantecona lo
llaman”, pensé; “pero cuando acabe con él no le quedará nada: derretiré toda la
manteca que tiene…”» . La descripción de su visita a Bree y su cabalgada a la
Cima de los Vientos, y el asedio al que lo sometieron allí los Jinetes, casi alcanzó
la forma final (CA pp. 366-367): su defensa por el fuego (« una luz y una llama
semejantes no se pueden haber visto en la Cima de los Vientos desde las hogueras
de guerra de otras épocas» ) aparece por fin ahora (véase p. 69).