Page 207 - La Traición de Isengard
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De repente, con un chorro de llamas, se plantó de un salto sobre el Puente,
      pero Gandalf se mantuvo firme.
        —No puedes pasar —dijo—. Vuelve [tachado, probablemente, tan pronto fue
      escrito: a las profundidades llameantes. Está prohibido para cualquier Balrog salir
      bajo el cielo desde que Fionwë hijo de Manwë venció a Thangorodrim]. Soy el
      amo del Fuego Blanco. La llama roja no puede pasar por aquí.
        La criatura no respondió, pero, enderezándose hasta alcanzar una gran altura
      y cernirse sobre el mago, avanzó y lo golpeo. Una cortina de fuego blanco brotó
      ante él [?como un escudo], y el Balrog cayó hacia atrás, la espada en pedazos
      fundidos y voló, pero la vara de Gandalf se quebró y le cayó de la mano. Con un
      siseo jadeante, el Balrog se incorporó de un salto; parecía [? medio ciego], pero
      continuó y alcanzó al mago. Glamdring le cercenó la mano derecha vacía, mas
      en ese instante, [233] cuando [? asestaba el golpe], el Balrog [? golpeó con] su
      látigo. Las colas azotaron y se enroscaron alrededor de las rodillas del mago, que
      se tambaleó.
        Tomando  el  arco  de  Legolas,  Gimli  disparó,  [pero]  la  flecha  cayó  Trotter
      regresó  dando  un  salto  hasta  el  puente  con  la  espada  preparada.  Mas  en  ese
      momento  un  troll  apareció  en  el  otro  lado  y  se  plantó  en  el  puente.  Hubo  un
      crujido terrible y el puente se quebró. Se desplomó todo el extremo occidental.
      Con un grito terrible, el troll cayó tras la estructura, y el Balrog [? trastabilló] de
      costado lanzando un aullido y se precipitó al abismo. Antes de que Trotter pudiera
      alcanzar al mago, el puente se rompió ante sus pies y con un gran grito Gandalf
      cayó a la oscuridad. [257]
        Trotter [? retrocedió]. Los otros se quedaron clavados donde estaban por el
      horror. Los llamó con un grito.
        —Por lo menos podemos obedecer su última orden —dijo.
        Ellos [? pasaron] por la puerta y subieron trastabillando las grandes escaleras
      que  había  detrás  y  más  allá  [?  arriba]  había  un  pasaje  ancho  y  resonante.
      Subieron  atropelladamente.  Frodo  oyó  que  Sam  lloraba  junto  a  él  mientras
      corría, y entonces [? se dio cuenta] que él también estaba llorando. Bum, bum,
      bum resonaban los ecos… detrás de ellos.
        Siguieron  corriendo.  La  luz  crecía.  Brillaba  a  través  de  grandes  aberturas.
      Llegaron a una amplia sala con ventanas altas que miraban al este y por donde
      entraba directamente la luz. [? La cruzaron] corriendo y, de pronto, ante ellos,
      con postes tallados y puertas grandes, se alzaron las Grandes Puertas… abiertas.
        Había orcos, pero, sorprendidos de ver que no eran amigos los que corrían,
      huyeron consternados, y la Compañía no les prestó atención.
        El  borrador  original  del  capítulo  termina  aquí,  y  no  narra  la  llegada  de  la
      Compañía al Valle del Arroyo Sombrío. Hay una nota a lápiz en el manuscrito al
      lado  de  la  descripción  del  Balrog:  « Alterar  la  descripción  del  Balrog.  Parecía
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