Page 234 - La Traición de Isengard
P. 234

en  esos  [266]  tiempos;  los  elfos  la  llamaban  talan.  Estaba]  hecha  de  madera
      veteada de gris… la madera del mallorn.
        Había  tres  elfos  sentados  allí.  Llevaban  ropas  de  color  gris  y  no  se  los
      distinguía entre las ramas a no ser que se movieran Uno de ellos descubrió una
      lámpara pequeña que emitió un delgado rayo de plata. La alzó, escrutando sus
      caras. Luego tapó la luz y pronunció palabras de bienvenida en la lengua Élfica
      Frodo respondió titubeando.
        —Bienvenidos  —repitió  el  elfo  en  habla  corriente—.  Pocas  veces  usamos
      otra  lengua  que  la  nuestra,  pues  ahora  vivimos  en  el  corazón  del  bosque  y  no
      tenemos tratos voluntarios con otras gentes. Sólo algunos de los nuestros viajan
      lejos  para  recoger  noticias  y  por  nuestra  protección.  Yo  soy  uno  de  ellos.  Mi
      nombre  es  Hathaldir.  Mis  hermanos  Orfin  y  Rhimbron  hablan  poco  vuestra
      lengua. Algo habíamos oído de vuestra venida, pues los mensajeros de Elrond
      pasaron  por  Lothlórien  en  su  camino  de  regreso  por  la  Escalera  del  Arroyo
      Sombrío. [303]  No habíamos oído hablar antes de los hobbits, ni siquiera habíamos
      visto  a  uno  hasta  ahora.  No  pareces  malo,  y  vienes  con  Legolas,  que  es  de
      nuestro pueblo del norte. Estamos dispuestos a ayudaros como nos pidió Elrond.
      Aunque no es nuestra costumbre, os guiaremos a través de nuestra tierra. Pero
                               [304]
      tenéis que quedaros aquí esta noche. ¿Cuántos sois?
        —Ocho —dijo Legolas—. Yo, cuatro hobbits, dos hombres (uno es Aragorn,
      amigo  de  los  elfos,  querido  por  Elrond)  y  un  enano.  [Y  todavía  estamos
      abrumados por el dolor, pues nuestro líder ha muerto. Gandalf el mago se perdió
      en Moria.] [305]
        —¡Un enano! —dijo Hathaldir—. Eso no me gusta. No tenemos tratos con los
      enanos desde los días malignos. No se le puede permitir el paso.
        —Pero  es  un  amigo  de  los  elfos  y  conocido  de  Elrond  —dijo  Frodo—.  Él
      mismo lo eligió para que nos acompañara, y se ha mostrado valiente y leal.
        Los Elfos hablaron entre sí en voz baja, e interrogaron a Legolas en su propia
      lengua.
        —Muy bien —dijo Hathaldir—. Haremos esto, aunque no nos complace. Si
      Aragorn y Legolas lo vigilan y responden por él, 1o dejaremos cruzar Lothlórien
      con los ojos vendados.
        » Pero ahora es momento de darse prisa. No conviene que [267] los vuestros
      se  queden  más  tiempo  en  tierra.  Hemos  estado  vigilando  los  ríos,  desde  que
      vimos  una  gran  tropa  de  orcos  yendo  al  norte  hacia  Moria,  bordeando  las
      montañas, hace ya muchos días Los lobos aúllan en los lindes de los bosques. Si
      venís  en  verdad  desde  Moria,  el  peligro  no  puede  estar  muy  lejos,  detrás  de
      vosotros.  Mañana  marcharéis  lejos.  Los  hobbits  subirán  aquí  se  quedarán  con
      nosotros… ¡No les tenemos miedo! Hay otro [nido de guardia > flet >] talan en
      el  árbol  próximo.  Allí  se  refugiarán  los  demás.  Tú,  Legolas,  responderás  por
   229   230   231   232   233   234   235   236   237   238   239