Page 266 - La Traición de Isengard
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Minas Tirith?
—Aún no lo hemos decidido —dijo Ingold.
—Pero deberéis hacerlo pronto —dijo Keleborn—. Pues después abandonar
Lothlórien el Río no se puede volver a cruzar con facilidad hasta llegar a Ondor,
[377] si es que el paso del río en el Sur no está en manos del Enemigo. Ahora el
camino a Minas Tirith corre por este lado del Río, en la orilla Oeste, pero el
camino directo de la Misión va por la orilla Este. Deberíais elegir antes de partir.
—Si siguen mi consejo, será el lado oeste —dijo Boromir—, pero yo no soy
el jefe.
—Será como vosotros elijáis. Pero como aún parecéis no saber qué hacer, y
quizá no queráis apresurar vuestra elección, haré lo siguiente. Acelerará vuestro
viaje un poco, y os mostrará mi buena voluntad… pues no envío fuera a mi gente
a menudo y sólo lo hago cuando hay [? gran] necesidad más allá de las fronteras.
Os proveeré de unos botes que usamos para los ríos. Algunos de mi pueblo irán
con vosotros hasta las Colinas Verdes, donde el río serpentea entre pendientes [?
boscosas]. Pero no irán mucho más allá del Toll-ondren, la isla que se encuentra
en medio del cauce del río. Incluso allí hay peligros para los Elfos que viven en la
orilla Este; más allá no es nada seguro avanzar por agua.
Las palabras de Keleborn aliviaron un poco sus corazones, apesadumbrados
por el pensamiento de la partida. Se despidieron del Señor y la Dama y
regresaron a su pabellón. Legolas fue con ellos. Discutieron durante bastante
tiempo pero no llegaron a ninguna decisión. Era obvio que Ingold estaba
desgarrado entre dos cosas. Su propio plan y deseo era haber ido a Minas Tirith;
pero ahora que Gandalf estaba perdido sentía que no podía abandonar a Frodo si
no lograba convencerlo. Para los demás había poca elección, pues no sabían
nada de la… de la tierra en el Sur. Boromir habló poco pero mantuvo los ojos
clavados en Frodo como si aguardara su decisión. Al fin habló. [318]
—Si vas a destruir el Anillo —dijo—, entonces de poco servirán las armas, y
Minas Tirith no podrá ayudarte mucho. Pero si deseas destruir al Señor, entonces
de poco valdría entrar en sus dominios sin fuerzas. Así es como yo lo veo.
Aquí termina este texto.
(ii)
La siguiente versión es una copia en limpio de (i) hasta donde ésta llegó, y la
sigue muy de cerca, mejorando la redacción pero introduciendo pocos cambios
importantes; aunque avanza aún más en el capítulo.
Keleborn ahora habla con más seguridad del cruce del Osgiliath: « se dice
que el Enemigo mantiene los pasos [> puentes]» . Los Elfos de Lórien irán con la