Page 326 - La Traición de Isengard
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a su lado.
        Tumbó  a  Frodo  de  espaldas  y  cruzó  sus  brazos  sobre  el  pecho  y  colocó  a
      Dardo a su lado. Y mientras sacaba la redoma, ésta resplandeció con una luz.
      Iluminó  la  cara  de  Frodo,  que  ahora  se  veía  pálida  pero  hermosa  con  [una]
      belleza élfica, como la de quien ya ha dejado atrás las sombras.
        —Adiós,  Frodo  —dijo  Sam;  y  sus  lágrimas  cayeron  sobre  las  manos  de
      Frodo.
        [Pero] en ese momento se oyó el sonido de fuertes pisadas que ascendían
      hacia la plataforma rocosa. Unas llamadas y gritos ásperos resonaron entre las
      rocas. Venían los Orcos, evidentemente guiados hasta aquel lugar.
        —Maldito sea ese Gollum —dijo Sam—. Debería haber sabido que no era lo
      último que veríamos de él. Éstos son algunos de sus amigos.
        Sam no tenía tiempo que perder. Ciertamente, no tenía tiempo para cubrir u
      ocultar  el  cuerpo  de  su  amo.  Sin  saber  qué  hacer,  se  puso  el  Anillo,  y  luego
      también tomó la redoma para que los asquerosos Orcos no se apoderaran de ella,
      y se ciñó Dardo a la cintura. Y esperó. No tuvo que esperar mucho.
        En  la  penumbra,  primero  apareció  Gollum  olfateando  el  rastro,  y  detrás
      vinieron  los  orcos  negros:  parecían  cincuenta  o  más.  Con  un  grito  se  lanzaron
      sobre  Frodo.  Sam  intentó  luchar  sin  ser  visto,  pero  justo  cuando  trataba  de
      desenvainar  Dardo  fue  derribado  y  pisoteado  por  la  acometida  de  los  Orcos.
      [388] Se quedó sin aliento. [Añadido a lápiz: El valor le falló.] Con gran júbilo los
      Orcos tomaron a Frodo y lo alzaron.
        —Había otro, sí —gimoteó Gollum.
        —¿Dónde está, entonces? —preguntaron los Orcos.
        —En algún lugar cerca. Gollum lo siente, Gollum lo huele
        —Bien, pues encuéntralo, llorón —dijo el Jefe Orco—. No podrá ir lejos sin
      meterse  en  problemas.  Tenemos  lo  que  queremos.  ¡Portador  del  Anillo!
      ¡Portador del Anillo! —gritaron con alborozo—. Daos prisa. Daos prisa. Enviad a
      uno  veloz  hasta  Baraddur  ante  el  Gran  Único.  Pero  no  podemos  esperar  aquí,
      debemos  [regresar]  a  nuestro  puesto  de  guardia.  Llevad  al  prisionero  a  Minas
      Morgul. [Añadido a lápiz: Gollum corre detrás sollozando que el Precioso no está
      allí.]
        Aquí termina el texto de sustitución.
        Mientras así lo hacen, Frodo parece despertar y lanza un grito sonoro, pero lo
      amordazan. Sam se encuentra desgarrado entre el júbilo al descubrir que está
      vivo  y  el  horror  al  ver  que  los  Orcos  se  lo  llevan.  Trata  de  seguirlos,  pero
      marchan demasiado rápido. El Anillo parece crecer en poder en esta región: ve
      con claridad en la oscuridad, y parece comprender el habla de los orcos. [Teme
      lo que puede suceder si se encuentra con un Espectro del Anillo… el Anillo no
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