Page 350 - La Traición de Isengard
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« pasando por detrás de oscuras islas de nubes, hacia negros charcos de noche» .
En CA (p. 532) se había puesto horas antes.
Los comentarios de Sam acerca del Tiempo en Lothlórien siguen siendo casi
exactamente iguales que en el borrador (p. 414), lo mismo que la contestación de
Trotter (en CA dada a Frodo), excepto que ahora dice (como Frodo en CA): « Es
posible que en ese país hayamos estado en un tiempo que era ya el pasado en
otros sitios» . Entonces Frodo habla:
—El poder de la Dama estaba sobre nosotros —dijo Frodo—. En Lothlórien
hay días y noches y estaciones; pero mientras ella lleve el anillo, el mundo no
envejece en su reino. [419]
—No tendrías que haber dicho eso —musitó Trotter, incorporándose a medias
[478]
y mirando hacia los otros botes—, no fuera de Lórien, ni siquiera a mí.
La mañana cálida y neblinosa que siguió a la noche del ataque y la discusión
entre Aragorn y Boromir sobre el curso a tomar, fueron bosquejadas de manera
primitiva en un borrador inicial, donde la conversación prosigue así:
—No entiendo por qué razón tenemos que cruzar los rápidos o seguir este
maldito Río todavía más —dijo Boromir—. Si Pensarn está delante de nosotros,
entonces podríamos abandonar estas cáscaras de nuez y marchar hacia el oeste,
y así rodear el borde sur de Sarn-Gebir hasta llegar al Entaguas y pasar a mi
propio país de Ondor.
—Podemos, si vamos a Minas Tirith —dijo Trotter—. Pero eso todavía no
está decidido. Y aun así, ese curso quizá sea más peligroso de lo que parece. La
tierra es llana y sin cobertura al sur y al este [léase, oeste] de Sarn-Gebir, y el [?
primer] vado encima del Entaguas se encuentra muy al oeste. [479] Desde que el
Enemigo se apoderó de… Osgiliath, esa tierra puede estar llena de enemigos:
¿qué sabemos de los acontecimientos recientes en Rohan o en Ondor?
—Pero aquí el Enemigo marcha a lo largo de la orilla oriental —dijo Boromir
—. Y cuando llegues al Rauros, ¿qué harás? Entonces tendrías que regresar hacia
aquí o cruzar las colinas de Gebir y desembocar en las ciénagas, y aún te
quedaría por cruzar el Entaguas.
—Por lo menos el Río es un sendero que no se puede perder. En el valle del
Entaguas la niebla es un peligro mortal. No abandonaré los botes hasta que nos
veamos obligados —dijo Trotter—. Y se me ocurre que en algún sitio alto por
encima de los Saltos quizá seamos capaces de ver alguna señal que nos oriente.
Que un « lugar alto» sería la escena de un momento decisivo en el desarrollo de
la historia ya había sido concebido: la cima de la isla en el Río desde la que Frodo
se asomó (pp. 378-379); pero nada sugiere en las palabras de Trotter de que este