Page 59 - La Traición de Isengard
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de una ocasión, tanto en época de mi padre como mía; y de la Comarca han
salido historias curiosas desde su partida: dicen que desapareció con un
relámpago. No es que yo me crea todas las historias que salen del Oeste… pero
aquí está usted, que desaparece en medio de una canción, en mi propia casa. Y
cuando tengo tiempo de rascarme la cabeza y pensar, recuerdo que sus amigos
lo llaman Frodo, y empiezo a preguntarme si luego no irá Bolsón. « Quizá esos
hombres negros tenían razón» , me digo a mí mismo. Ahora la pregunta es: ¿qué
he de decir si regresan? Tal vez usted quiera verlos, aunque lo más probable es
que no. Apostaría que no tienen buenas intenciones para nadie. Y usted y sus
amigos parecen buena gente, a pesar de todos sus pavoneos, así que pensé que lo
mejor era contárselo y averiguar qué desea usted.
—No tienen ninguna buena intención —dijo Frodo—. No sabía que habían
pasado por Bree, o no me habría movido de este cuarto… y desearía no haberlo
hecho. Debí suponerlo por la forma en que nos miró el guardián de la puerta… y
por usted, señor Mantecona; pero esperaba que tal vez fuera Gandalf el que había
estado aquí preguntando por nosotros. Espero que sepa a quién me refiero, al
viejo mago. Teníamos la esperanza de encontrarlo aquí o de tener noticias de él.
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—¡Gandalf! —exclamó el posadero—. ¡Lo conozco! Eso supongo. Estuvo
aquí no hace mucho, en el verano. Gandalf es un buen amigo mío, y muchas
buenas cosas ha hecho por mí. Si hubiera preguntado antes por él, más feliz
habría sido. Haré todo lo que pueda por cualquier amigo suyo.
—Le estoy muy agradecido —dijo Frodo— y también él lo estará. Siento no
poder contarle toda la historia, pero le aseguro que no pretendemos ningún mal.
Yo soy Frodo Bolsón, como usted adivina, y esos… eh… Jinetes Negros me están
buscando, y nos encontramos en peligro. Estaré agradecido por cualquier tipo de
ayuda, aunque no quiero que se meta en problemas por mi culpa. Sólo espero
que esos Jinetes no vuelvan.
—Yo también lo espero —dijo el posadero con un escalofrío—. Pero,
espectros o no espectros, tendrán que corregir sus modales ante mi puerta.
La última parte de esta versión está escrita apresuradamente a lápiz, y poco
después desaparece sin mayor importancia para el desarrollo. Es evidente que la
carta de Gandalf seguirá siendo entregada por Trotter, no por Mantecona.
Como he dicho, esta revisión pertenece a la nueva concepción de los
movimientos de Gandalf: sólo se adelantó a Frodo y sus amigos cabalgando hasta
la Cima de los Vientos mientras ellos avanzaban con gran dificultad por los
Pantanos de Moscagua. En el esbozo dado en la p. 14 se menciona una visita de
Gandalf a Bree antes de la partida de Frodo y antes de su cautiverio en la Torre
Occidental; y en este borrador Mantecona dice que lo vio « no hace mucho, en el
verano» (cf. también nota 44). Creo que ello condujo a introducir de nuevo en la