Page 65 - La Traición de Isengard
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—Yo no me he decidido —dijo Sam de repente—. Y no pienso ver cómo se
      burlan y abusan del señor Frodo. ¡Veamos esa carta, o Sam Gamyi intervendrá
      en el asunto!
        —Mi bueno de Sam —dijo Trotter—. ¡Tengo un arma bajo mi capa, igual
      que tú! Y no me importa decirte que si no fuera el verdadero Trotter no tendrías
      una  posibilidad,  ni  los  tres  juntos.  ¡Pero  tranquilo!  —exclamó  cuando  Sam  se
      puso en pie de un salto—. Tengo una carta, y aquí está.
        Sobre la mesa arrojó un sobre sellado, por fuera idéntico al otro. Sam y Folco
      [> Pippin] lo miraron mientras Frodo lo abría. Dentro había un papel pequeño
      con la escritura de Gandalf: [62]
                  No es oro todo lo que reluce;
                  no dura todo lo que es largo,
                  no todo lo que es viejo se marchita,
                  ni todo lo concluido es ya pasado.
        Esto es para certificar que el portador es Aragorn hijo de Celegorn, [58]  del
        linaje de Isildur hijo de Elendil, conocido en Bree como Trotter; enemigo de
        los Nueve y amigo de Gandalf. ] 9 s k 9 8 r IOjOI
        Frodo se quedó contemplando las palabras con asombro.
        —¡Del linaje de Elendil! —exclamó, mirando con temor reverente a Trotter
      —. ¡Entonces, te pertenece a ti tanto como a mí, o más!
        —No  pertenece  a  ninguno  de  los  dos  —dijo  Trotter—,  pero  tú  has  de
      guardarlo durante un tiempo. Pues así está ordenado. [59]
        —¿Por qué no nos mostraste la carta antes? Nos habría ahorrado tiempo, y
      habría evitado que yo, y Sam, nos comportáramos de forma absurda.
        —¡Absurda! En absoluto. Sam es muy sensato: dudó de mí hasta el final, y
      creo que todavía duda. ¡Y con razón! Si tuvieras más experiencia de tu Enemigo,
      no confiarías ni en tus propias manos, salvo a la luz del día, en cuanto supieras
      que te persigue. Yo también tenía que asegurarme de vosotros.  Fue  una  de  las
      razones  por  las  que  me  retrasé.  El  Enemigo  ya  me  ha  tendido  trampas  en  el
      pasado.  Pero  debo  reconocer  que  intenté  convenceros  de  que  me  aceptarais
      como un amigo, por lo que soy y sin ninguna prueba. Un hombre perseguido se
      cansa a veces de la desconfianza, aun cuando él la predica.  [60]  Pero en esto yo
      diría que las apariencias están contra mí.
        Aquí sigue la insensata intervención de Folco/Pippin: «Pero  luce  bien  quien
      hace bien, como decimos en la Comarca» , que ha permanecido inalterada del
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