Page 31 - Tratado sobre las almas errantes
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Respecto al intermediacionismo, la psicostasis no se puede aportar como argumento a favor
            de la existencia de una tradición de que las almas pudieran realizar actos salvíficos post mortem.
            Porque con toda razón se pueden presentar estas visiones y la iconografía posterior como medios
            pedagógicos para ilustrar la lucha entre las buenas inspiraciones de los ángeles y las tentaciones de
            los  demonios  en  el  momento  de  la  muerte.  Y  se  debe  entender  así,  porque  ni  realmente  ni
            teológicamente  existe  una  balanza  para  pesar  almas.  De  ahí  que  el  sentido  de  estas  visiones  e
            imágenes  de  San  Miguel  pesando  almas,  tienen  un  carácter  pedagógico.  Aunque,  dado  que  se
            plasmaron en frescos, tablas y capiteles en las iglesias, son la prueba de que en la Edad Media, hasta
            el final de la época gótica, había clérigos que pensaban que tras la muerte convenía seguir rezando
            por las almas, pues en algunos casos cabía un periodo de indeterminación acerca del destino eterno
            de algunos difuntos.

                   Más interesante resulta la concepción del estado intermedio en la Iglesia Ortodoxa. Aunque
            los ortodoxos nunca han reconocido de forma oficial la existencia del purgatorio, ni existe una idea
            unificada  y  clara  acerca  de  ese  intermedium,  una  de  las  tesis  más  extendidas  entre  ellos  es  la
            conocida como la creencia en los teloneia por las que debe pasar el alma después de la muerte antes
            de entrar al Cielo. Teloneia es traducido como “peajes”:

                   Mencionar las casas celestiales de peaje (heavenly toll houses) nos recuerda una creencia popular acerca del
                 destino del alma tras la muerte. (...) Esta creencia se retrotrae, al menos, al siglo IV. Aparece casi completamente
                 propuesta en la visión de San Basilio el Joven, que data del siglo X. El alma tendría que atravesar una serie de
                 peajes, veintidós en total. En cada uno de esos peajes se recolectaba información sobre la vida del fallecido por
                 parte de un ángel bueno y otro malo. Las buenas y malas acciones eran pesadas en una balanza, antes de que una
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                 decisión fuera tomada, acerca de si su alma debía ir al cielo o al infierno .

                   Desde luego, a nivel popular, entre los ortodoxos encontramos la idea de que  la decisión
            sobre el destino eterno se decide unos días después de la muerte. Esta idea popular tiene diversas
            concreciones en su versión culta, cuando se ha plasmado de forma escrita. Véanse estos pasajes de
            distintos autores describiendo el proceso:

                      En el noveno día, tuvo que pasar a través de los peajes, donde tenía que dar cuenta de sus acciones durante
                 la vida. Y en el día decimocuarto se aproximó al Trono de Dios y se le asignó un lugar para esperar hasta el Día
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                 del Juicio .
                      Este viaje tomaba treinta días. En el día decimocuarto, el alma ascendía hacia Dios una vez más, y ahora el
                 Juez Celestial determinaba el lugar apropiado para permanecer. (...) Creían que las oraciones y panikhidas que se
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                 ofrecían durante este periodo, proveían de luz al alma para viajar en el más allá .

                   No  sólo  existe  la  idea  de  un  proceso,  sino  que  se  tenía  la  profunda  convicción  de  que
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            después de la muerte, habría una lucha por el alma entre las fuerzas del bien y del mal . Es justo
            reconocer que  esta visión de los  teloneia  si  no netamente intermediacionista, al  menos deja una


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                   Michael Angold, Church and society in Byzantium under the Comneni, 1081-1261, Cambridge University Press,
            Cambridge 1995, pg. 446.
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                   Karen Hartnup, On the beliefs of the Greeks: Leo Allatios and popular Orthodoxy, Brill Academic Publishers,
            Danvers 2004, pg. 195.
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                    Sergei  Kan,  Memory  eternal:  Tlingit  culture  and  Russian  Orthodox  Christianity  through  two  centuries,
            University of Washington Press, [sin lugar] 1999, pg. 433.
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                   Michael Angold, Church and society in Byzantium under the Comneni, 1081-1261, pg. 448.
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