Page 36 - Tratado sobre las almas errantes
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escribir: La doctrina de un Juicio Final parecía que era simplemente lo que se requería para llenar
            el espacio entre el presente mundo maligno y el brillante futuro predicho por la mayoría de los
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            profetas .  Resulta  interesante  observar  que  al  tratar  el  tema  del  Juicio  Final,  los  libros  de
            escatología suelen tratar cualquier otro asunto colateral, evitando la cuestión del carácter judicial.
                  Algunos ofrecen aproximaciones originales, como es el caso de Miroslaw Wolf que enfoca el
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            Juicio Final en su dimensión social de reconciliación final . En la síntesis que realiza Leo Elders en
            su conferencia El Juicio Final en la Teología de Santo Tomás de Aquino, afirma que Santo Tomás
            de Aquino resuelve este problema de la dualidad de los dos juicios refiriéndose al hecho de que
            vivimos en la Historia y que existe un devenir, lo cual significa que las cosas no llegan en seguida a
            su  término;  y  también  al  hecho  de  que  el  hombre  es  una  persona  particular,  pero  que  también
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            forma parte del género humano . Tal explicación es, en esencia, la postura de Schmaus:

                     Mientras que en el juicio particular se juzga la buena o mala voluntad del hombre, en el juicio universal se
                 manifiesta también  y preferentemente el valor o antivalor objetivos que las acciones humanas tuvieron para el
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                 transcurso de la Historia.  (...) En el primer caso el hombre es valorado como individuo social; en el segundo,
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                 como ser social individual.

                  Pero en nuestra opinión esta postura tomista (que es la que sostienen Schmaus, Elders, Royo
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            Marín  y otros muchos autores) no parece resolver el problema. Pues cuando Dios juzga las obras
            en el juicio particular, no necesita esperar para saber qué va a suceder más adelante. Dios ya sabe
            cuáles serán en la Historia los frutos de nuestras acciones. Además, un ser humano es responsable
            no de las consecuencias que, de hecho, tuvieron sus acciones, sino de lo que él previó que podía
            suceder con su acción. La responsabilidad personal recae no sobre lo que en realidad acaezca en el
            devenir como consecuencia de sus actos, sino en lo que uno sabía que podía suceder al tomar una
            decisión, suceda o no después una determinada consecuencia. Se puede aceptar como argumento el
            carácter  social  de  un  juicio  público  al  final  de  la  Historia.  Pero  no  el  argumento,  tantas  veces
            repetido,  de  la  necesidad  de  esperar  a  que  nuestras  acciones  produzcan  todos  sus  frutos  en  el
            devenir histórico. Por otra parte, aun reconociendo la conveniencia de un acto colectivo final, no
            debemos olvidar que el juicio particular no queda oculto a los ojos de los bienaventurados.

                   Desde luego, parece claro que si uno está juzgado ya en el momento de la muerte, no sólo no
            hay necesidad de un segundo juicio, sino que ni siquiera hay posibilidad. Schmaus se hace eco de
            este problema.

                     El problema del juicio particular consiste en que parece hacer superfluo el juicio universal. En efecto, si a
                 cada hombre se le manifiesta el valor o inutilidad de su vida inmediatamente después de su muerte, parece que el
                 juicio  universal  no  tiene  objeto.  Pero  la  Revelación  pone  el  acento  precisamente  en  el  juicio  universal.  Y

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                   E. C. Dewick, Primitive Christian Eschatology, Cambridge University Press, Cambridge 2011, pg. 28.
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                    Cfr.  Miroslaw  Wolf,  “The  final  reconciliation:  reflections  on  a  social  dimension  of  the  escathological
            transition”, Theology and eschatology at the turn of the millennium, James Joseph Buckley (ed), Blackwell Publishers,
            Malden 2001, pg. 93-106.
                 79  Leo Elders, “El Juicio Final en la teología de Santo Tomás de Aquino”, en Escatología y vida cristiana: XXII
            Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, Servicio de  Publicaciones de la Universidad de
            Navarra, Pamplona 2002, 583-584.
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                   Michael Schmaus, Teología dogmática, volumen VII, n. 302, pg. 424.
                 81
                   Michael Schmaus, Teología dogmática, volumen VII, n. 302, pg. 423.
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                   Antonio Royo Marín, El misterio del más allá, Rialp, Madrid 1972, pg. 70.
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