Page 48 - Tratado sobre las almas errantes
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2.4 La liturgia
En el ritual de exorcismos de 1953 que aparece en el Ritual Romano, la primera de las tres
conjuraciones exorcísticas comienza de esta manera: Te exorcizo, inmundísimo espíritu, toda
incursión del adversario, todo fantasma, toda legión, en el nombre de Jesu + Cristo, arráncate y
huye de esta criatura de Dios 118 .
Obsérvese que se dice todo fantasma. Y en el tercer exorcismo del mismo ritual, se vuelve a
conjurar, de nuevo, a todo espíritu inmundo, a todo fantasma y a toda incursión de Satanás con las
mismas palabras 119 . Resulta fácil sospechar que esta antiquísima fórmula no proviene de
planteamientos teóricos acerca de la escatología. El mismo historiador y especialista en este campo
Schmitt ponía en guardia frente a la teoría de pensar que la convicción en la existencia de fantasmas
no son otra cosa que restos de antiguas creencias precristianas provenientes del paganismo céltico,
grecorromano, germánico o indoeuropeo 120 . Parece razonable sospechar que la inclusión de los
fantasmas en la fórmula litúrgica provino de la misma experiencia en la práctica del ministerio
exorcístico. Los exorcistas de la Edad Media, y quizá antes, en el desempeño de sus funciones
habían llegado a la conclusión de la existencia de espíritus humanos, y no sólo de demonios, en los
casos de posesión.
Pero sea cual sea el origen de la inclusión de esa palabra en el texto litúrgico, está fuera de
toda duda que el texto exorcístico del Ritual Romano aducido anteriormente admite la posibilidad
de que el poseso tenga dentro un “fantasma”. Tampoco cabe buscar alguna acepción extraña a tal
palabra. Pues los fantasmas siempre han sido considerados las ánimas de seres humanos fallecidos
que vagan en pena. La palabra latina que usa el ritual poseía ese mismo significado desde época
precristiana. Significado que continuó en la Edad Media. Por eso cuando el ritual usaba esa palabra
en la Edad Media ellos entendían lo mismo que nosotros. Por tanto, sin hacer la más mínima
interpretación, manteniéndonos en la literalidad del texto litúrgico, ellos creían que el alma de un
fallecido que no había alcanzado el descanso eterno, podía estar dentro del cuerpo de un poseído.
Considerar que ese texto litúrgico del Ritual Romano estuvo errado, supondría que la Iglesia
ha errado in orando por lo menos desde el siglo X hasta finales del siglo XX, y no en un texto
accidental y poco conocido, sino ni más ni menos que en los textos conjuratorios de su ritual
exorcístico, que fueron revisados y reeditados, una y otra vez, durante siglos dentro del Rituale
Romanum.
Ahora bien, este texto litúrgico es un argumento a favor de que en el cristianismo existe una
tradición continua en la existencia de fantasmas, es decir, a la existencia de almas del purgatorio
que se manifiestan sobre la tierra. ¿La inclusión de los fantasmas en el texto conjuratorio, es un
argumento respecto al intermediacionismo? Creemos que no. Si es cierto que almas de seres
humanos se han manifestado a través de los posesos, el juicio de estas almas ya era definitivo.
Aun así, no cabe duda de que en todo este contexto y después de todo lo explicado
anteriormente, la presencia de fantasmas en el texto conjuratorio del exorcismo, resulta
118
“Exorcizo te, immundissime spiritus, omnis incursio adversarii, omne phantasma, omnis legio, in nomine Iesu +
Christi eradicare et efugare ab hoc plasmate Dei”. RITUAL ROMANO, Balthasar Moreti Editor, Antwerpen 1688, pg. 373-
374.
119
RITUAL ROMANO, pg. 378.
120
Jean Claude Schmitt, Ghosts in the Middle Ages: The Living and the Dead in Medieval Society, The University
of Chicago Press, Chicago 1998, pg. 222.
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