Page 49 - Tratado sobre las almas errantes
P. 49
significativa. Si hoy en día ese tipo de entidades nos ofrecen relatos como los que hemos expuesto
en esta obra anteriormente (relatos de almas en busca de la Luz), resulta razonable pensar que en
aquella época los relatos serían similares. Podemos imaginar que el esquema intermediacionista ha
estado presente durante siglos en esas conversaciones entre el exorcista y el espíritu que posee. Por
eso, el asunto se zanja en la redacción de los Praenotanda con esta advertencia: Ni le crea, si el
demonio simulase que es el alma de algún santo o de algún difunto o algún ángel bueno 121 .
Existen otras oraciones litúrgicas que, sin ser probativas del intermediacionismo, en orden a
la exhaustividad las vamos a mencionar aquí. La primera pertenece a la fórmula de la oración sobre
las ofrendas de una misa de la liturgia propia de la diócesis de Lieja. Tal oración sobre las ofrendas
reza así:
Señor Jesucristo, Rey de la gloria, libera a las almas de todos los fieles difuntos de las penas del infierno y
del profundo lago. Libéralas de la boca del león, que no las absorba el tártaro (ne absorbeat eas tartarus), que no
caigan en lo oscuro, sino que San Miguel, portador del estandarte, las presente a la luz santa 122 .
La otra oración se encuentra en la actual Liturgia de las Horas, allí, en la última de las
preces de las vísperas del miércoles de la semana III del tiempo ordinario, se dice: Concede tu
misericordia a nuestros hermanos difuntos, y no los entregues al poder del Espíritu Maligno 123 . En
esta prez, el texto litúrgico afirma de ellos expresamente que están muertos y, sin embargo, la
Iglesia pide que no sean entregados al poder del espíritu maligno. Que un muerto caiga bajo las
garras de esa potestad es imposible si está en el Cielo, ¿pero es posible si están en el purgatorio? Y
por los que están en el infierno la Iglesia nunca ha rezado por esa intención, pues ellos sí que están
bajo la potestad de los espíritus malignos. Cualquier ortodoxo que escuchara esa prez la
interpretaría en consonancia a la tesis ortodoxa de los teloneia de la que antes hemos hablado. Pues
entre ellos existe una profunda convicción de que después de la muerte, hay una lucha por el alma
entre las fuerzas del bien y del mal 124 .
De acuerdo a una lógica absoluta, las almas de los difuntos o ya están en manos del espíritu
maligno y es imposible salvarlos, o no lo están y es imposible que caigan en sus manos. La única
argumentación posible para salvar la prez de un modo no intermediacionista, sería que no podemos
125
descartar que los demonios tengan algún papel en la purificación de las almas del purgatorio .
121
“Neque ei credatur, si daemon simularet se esse animam alicujus sancti, vel defuncti, vel angelum bonum”.
Rituale Romanum, título XI, capítulo I, praenotanda n. 14, Editio Típica Vaticana 1925. Idéntica redacción en Rituale
Romanum, Tipografía Plantiniana, Antwerp 1826, pg. 337.
122
Missale Romanum, Antwerp (Belgica), Architypographia Plantiana 1759, Appendix ad Missale Romanum,
pg. 24.
123
“Misericordiam tuam fratribus nostris concede defunctis, neque in potestatem maligni spiritus tradas eos”.
Liturgia Horarum, tomo III, Roma, Librería Editrice Vaticana 1986, pg. 926.
124
Michael Angold, Church and society in Byzantium under the Comneni, 1081-1261, pg. 448.
125
Algunos apuntes acerca de otra prez de la Liturgia de las Horas, la que reza “Educ defunctos in lucem, quam
inhabitas, ut te conspiciant in aeternum” (Liturgia Horarum, tomo III, pg. 704), en esta obra véase Tratado de las almas
errantes, II parte, sección 13.
49