Page 56 - Tratado sobre las almas errantes
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3. Consideraciones suplementarias
Exponemos ahora las últimas reflexiones teológicas que se pueden aducir para avalar la tesis
de la existencia de espíritus perdidos. Reflexiones que precederán a la conclusión final, donde
consideraré todo este tema en conjunto.
3.1 El sensus fidelium
Aunque este apartado lo hemos colocado bajo el epígrafe Sensus fidelium, habría que
admitir que ese término es usado aquí no en sentido estricto 144 , sino en un sentido amplio 145 . En este
apartado algunos podrían preferir el uso de un término más vago, pero me parece que sí que se
puede hablar de un cierto sentimiento de los fieles 146 . Y es lícito apelar al sensus fidelium, porque
una última razón para defender el intermediacionismo, podría buscarse en una apelación a esa
capacidad casi instintiva del fiel 147 en un tema tan grave como es la salvación eterna.
Intuitivamente sentimos que Dios hace lo que es razonable y justo. Eso lo sentimos sin
necesidad de ningún razonamiento teológico. Y todos tenemos la impresión de que el peso de la
eternidad, es casi excesivo para alguien que aun sin vivir de acuerdo a la Ley de Dios, tampoco ha
sido demasiado malo ni con el prójimo, ni con un Dios en el que no creía. Para este tipo de personas
cuyos mayores pecados son la debilidad o la falta de fe, existe un sentimiento instintivo que nos
hace considerar excesiva una pena infinita.
Crítica
El sentimiento de los fieles de que una determinada persona no debería condenarse sólo por
pequeñas debilidades, o sólo por falta de fe si ha sido una buena persona, hay que reconocer que se
trata de un sentimiento universal. Pero la gracia de Dios puede actuar de un modo sobreabundante
en el momento de la muerte. De forma que ese sentimiento de compasión no requiere en manera
alguna de una prolongación de la indeterminación. La compasión de Dios se puede muy bien
concretar en una mayor concesión de gracia a ese individuo para que se arrepienta, no en una
144
“La universalidad de los fieles que tiene la unción del que es Santo (cf. 1 Jn., 2, 20 y 27) no puede fallar en su
creencia, y ejerce ésta su peculiar propiedad mediante el sentimiento sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando
"desde los Obispos hasta los últimos fieles seglares" manifiesta el asentimiento universal en las cosas de fe y de
costumbres”. CONCILIO VATICANO II, Lumen Gentium, nº 12.
145
Congar ha escrito abundantemente sobre este tema, pero al final todo se reduce a esta síntesis que realizó
Henn: “Congar subraya la guía del Espíritu Santo para todos los fieles al discernir la verdad revelada (sensus fidelium)
y el carisma dado a la jerarquía para salvaguardar y declarar la fe”. William Henn, The hierarchy of truths according to
Yves Congar, Editrice Pontificia Università Gregoriana, Roma 1987, pg. 181.
146
“El sensus fidelium (…) expresa el hecho de cuando la mayoría de los fieles siente que una doctrina o
comportamiento está inspirado por el Evangelio, incluso cuando una situación nueva demanda nuevas respuestas. El
consensus fidelium significa que todos o la mayoría concuerdan con las verdades que pertenecen al núcleo de la fe”.
Gerard Mannion, Readings in church authority: gifts and challenges for contemporary Catholicism, Ashgate
Publishing, Hants 2003, pg. 292.
147
“El sensus fidelium (…) indica la capacidad casi instintiva (la capacità quasi istintiva) del fiel para recibir y
adherirse al objeto de fe, y repropone en definitiva la permanente validez de la Tradición misma” Ludger Müller, “Ordo
Ecclesiae. Fondazione teologica e teologia del diritto canonico secondo E. Corecco”, en Libero Gerosa (ed),
Antropologia, fede e diritto ecclesiale, Jaca Book, Milán 1995, pg. 91.
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