Page 156 - Vive Peligrosamente
P. 156

humanidad y de escrúpulos cuando se trataba de ejecutar una orden, que
          cumplían a rajatabla.
            No tardó  mucho el enemigo en atacarnos sistemáticamente con todos
          sus elementos, incluidos aviones de combate y bombardeo. Utilizaron unos
          bimotores  muy rápidos  y seguros. Pero como nos habíamos  metido en
          nuestros refugios, bastante hondos, después de hacer lo mismo con nuestros
          vehículos, no sufrimos  muchas bajas  ni pérdidas de  material. Por aquel
          entonces todavía disponíamos de una aviación que podía ser considerada
          invencible. Por esta razón, los combates aéreos contra los aparatos rusos
          siempre terminaban victoriosamente; no existía un solo avión soviético que
          pudiera competir con nuestros "Messerschmitt".
            Aquellos combates, muchas veces, nos llenaron de consternación, nos
          dieron ocasión de aprender  muchas cosas sobre los rusos. Cuando
          ocupamos una posición suya,  vimos por primera vez el "pozo de tirador
          individual". Se trataba de un hoyo de ochenta centímetros de diámetro y de
          dos metros de profundidad. En torno a él no había el más mínimo montón
          de tierra, ni una sola huella que delatara su existencia, y por  ello sólo
          visible a pocos metros de distancia. Admiramos la pericia de tal trabajo; mi
          admiración aumentó cuando los prisioneros que hicimos nos informaron de
          que no tardaban en hacerlo más de media hora.
            Debo decir, asimismo, que conocían como nadie el arte del camuflaje.
          Hasta los vehículos, por muy pesados que fueran, desaparecían bajo tierra
          cuando estaban en primera línea. Los hombres se parapetaban en trincheras
          perfectamente trazadas  y construidas, que, incluso, utilizaban para
          enmascarar y ocultar toda clase de armamento. Esto hacía casi imposible
          que sus posiciones fuesen descubiertas a primera vista. Sus puestos de
          observación estaban construidos en forma de tronco de árbol, y como tales
          los tomábamos.
            Todos estos detalles nos confirmaron elocuentemente que el pueblo ruso
          tenía mucha astucia, tal vez más que el nuestro, y que demostraba mucho
          apego a la naturaleza.
   151   152   153   154   155   156   157   158   159   160   161