Page 16 - Vive Peligrosamente
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punto de gritar de angustia y dolor. En muchas situaciones de mi vida sentí
agradecimiento por haber sido formado con tanta dureza.
No obstante, nada más lejos de mi ánimo que afirmar que la dureza sólo
puede ser alcanzada por medio de tales procedimientos, no. Me limito a
hacer constar que los duelos estudiantiles entre nosotros tenían un
significado honroso reñido con toda clase de mezquindad.
Ya antes de la primera guerra mundial existían diversas asociaciones
estudiantiles que se habían formado en el Reich alemán y en todo el
Imperio austro–húngaro. Estas asociaciones estaban estrechamente
relacionadas entre sí, sin tener en cuenta sus respectivos países ni las
fronteras que los separaban.
Las asociaciones estudiantiles alemanas seguían fieles a sus antiguas
tradiciones que databan del 1848, año de acusada evolución revolucionaria.
Durante él, la asociación federal de Franckfurt permitió entraran en ella
representantes austriacos, si bien fueron aceptados sólo por corto tiempo.
Los idealistas de 1848 veían, con los ojos del espíritu, cómo se suprimían
las fronteras que separaban a los pueblos de origen alemán y pretendían
crear, a pesar de que el tiempo no estaba maduro para ello, un gran Reich
alemán que tuviera como enseña la de los colores negro–rojo–dorado. Estos
colores eran los que flameaban en las banderas de las asociaciones
estudiantiles alemanas, cuya colaboración para llegar a la abolición del
absolutismo, a abrir las vías del progreso y a la implantación de una
monarquía constitucional fue decidida e importante.
Fue en aquellos momentos cuando se registró el arranque de un
movimiento pan–alemán, que se mantuvo activo en todo momento y nunca
fue relegado al olvido. El pensamiento unitario no se debía a ningún partido
en particular; estaba latente en todos los dirigentes y animadores de los
grandes partidos alemanes y austriacos.
Cuando, en los años 1935–37, las asociaciones estudiantiles de
Alemania se vieron obligadas a disolverse obedeciendo a las normas
totalitarias del NSDAP, nosotros, los austriacos, no pasamos por alto tan
serio problema que motivó un sinfín de discusiones y polémicas internas.
Nos enteramos que el hombre encargado de disolver las asociaciones
estudiantiles del III Reich se llamaba Baldur von Schirach. También
llegamos a saber que él tenía motivos personales para actuar en la forma
que lo hacía. Durante su época de estudiante, como consecuencia de sus
actos, fue obligado a batirse en duelo; no aceptó la responsabilidad que
había caído sobre él y se zafó de, entablar el combate a esgrima. Esta