Page 260 - Vive Peligrosamente
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Saqué papel y lápiz y desarrollé, ante el jefe supremo del Reich, el plan
          que había surgido en las mentes de Radl y mía  para el rescate de tan
          importante prisionero. También hice constar que nuestra acción sería
          secundada por algunos oficiales de la Marina, que nos habían ayudado en la
          concepción del plan. Hice hincapié sobre la necesidad de disponer de una
          flotilla de lanchas rápidas del tipo "R" y "M",  y añadí que  necesitaba
          algunos hombres de la  Brigada de las SS destinada en Córcega para
          reforzar a los  míos. También expuse que era indispensable que tanto las
          baterías pesadas de la Brigada estacionada en Córcega como las destinadas
          en el norte de Cerdeña estuviesen en disposición de protegerme y cubrirme.
          Me dejaron exponer mi  plan con toda clase de detalles. Tan  sólo fui
          interrumpido, de vez en cuando, por algunos comentarios hechos por Jodl,
          Göring  y el  mismo Hitler. Cuando terminé de hablar, el Führer tomó la
          palabra:
            "Apruebo su plan –dijo–, y creo que si lo lleva a efecto rápidamente, y
          que si su acción está acompañada, en  todo momento,  por su confianza,
          podrá salir airoso de la empresa.  Ruego al gran almirante  Donitz dé las
          órdenes pertinentes al caso a la Marina de Guerra. Las unidades que se
          precisen para desarrollar la acción serán puestas a disposición del capitán
          Skorzeny. El general Jodl se ocupará de los detalles pertinentes. Y llegados
          a este punto, Skorzeny, debo  hacerle saber una cosa de la  mayor
          importancia".
            "Es preciso –continuó–,  que mi  amigo Mussolini  sea liberado cuanto
          antes; pues, en caso contrario, será puesto en manos de los aliados. No cabe
          duda de que tal acción ha de ser realizada sin ninguna pérdida de tiempo.
          Posiblemente le ordenaré  la acción en tanto Italia  sea nuestra  aliada, al
          menos de una manera oficial. Pero también puede darse el caso de que la
          censure ante la opinión pública si su empresa se resuelve con un fracaso.
          En esta circunstancia me veré obligado a afirmar que se ha vuelto loco, que
          ha actuado por su cuenta y riesgo; que los jefes le han ayudado por simple
          simpatía y  por ser víctimas de una psicosis colectiva. etc. ¡Debe usted
          aceptar semejante responsabilidad por Alemania y su causa!"
            No disponía de  mucho tiempo para  pensar. Tampoco precisé de él.
          Sabía que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa si se encontraba en juego
          el destino  de Alemania; que estaba presto a  asumir cualquier
          responsabilidad con tal de contribuir un poco a la victoria de una causa que
          consideraba justa.
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