Page 132 - El Misterio de Belicena Villca
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Hallaron la colonia en el sitio indicado y allí desembarcaron los Hombres
                 Puros, para cumplir su objetivo de dar adecuado resguardo físico al Gral
                 mediante la construcción de una Muralla Estratégica. El barco de la Orden
                 Teutónica partió, tiempo después, pero los Hombres Puros ya no regresarían
                 nunca a Europa: en cambio trabajaron durante años, ayudados por los colonos y
                 los indios guayakis, hasta completar una asombrosa edificación subterránea en
                 una de las laderas del Cerro Corá. La Presencia física del Gral estaba ahora
                 asegurada pues se lo había referido de tal modo a la construcción que su
                 estabilidad espacial resultaba suficiente para permanecer muchos siglos en ese
                 sitio, hasta que otros Hombres Puros lo buscasen y encontrasen.
                        Naturalmente, los Templarios, alertados en Europa por la Fraterdad
                 Blanca, no tardaron en partir en persecución de los Cátaros. Ellos navegaban
                 habitualmente a América desde los puertos de Normandía, adonde disponían de
                 una poderosa flota, pues necesitaban  acumular metales preciosos,
                 especialmente plata, para bancar a la futura Sinarquía Financiera, metales que
                 en América se obtenían fácilmente. Unos años después de los sucesos narrados,
                 cayeron los Templarios en la colonia vikinga y pasaron a todos sus habitantes a
                 cuchillo; mas el Gral, nuevamente, no apareció.
                        Los Golen no olvidarían el episodio y luego, en plena “conquista de
                 América” por España, una legión de jesuitas, herederos naturales de los
                 benedictinos y Templarios, se asentaría en  la región para intentar localizar y
                 robar la Piedra de Venus. Pero todas las búsquedas serían infructuosas y, por el
                 contrario, la Presencia del Gral se iría haciendo sentir de una manera irresistible
                 sobre los pobladores españoles, purificando la Sangre Pura y predisponiendo al
                 pueblo para reconocer al Emperador Universal. En el siglo XIX, Dr. Siegnagel, un
                 milagro análogo al de la civilización  de Oc estaba a punto de repetirse: la
                 República del Paraguay se levantaba con luz propia sobre las naciones de
                 América. En efecto, aquel país poseía un ejército poderoso y bien equipado, flota
                 propia, ferrocarril, industria pesada, agricultura floreciente, y una organización
                 social envidiable, con legislación muy  avanzada para la Epoca, en la que se
                 destaca la educación obligatoria, libre y gratuita: y esto en 1850. La población era
                 aguerrida y orgullosa de su Estirpe, y sabía admirar la espiritualidad y el valor de
                 sus Jefes. Por supuesto, a la Fraternidad Blanca no le agradaba el rumbo que
                 tomaba aquella sociedad, que  no se avendría a integrarse al esquema de la
                 “división internacional del trabajo” propuesto entonces como modelo de orden
                 económico mundial: tal ordenamiento era el paso previo para la concreción en el
                 siglo XX de la Sinarquía Financiera y el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido,
                 antiguos planes que, según aclaré, se frustraron en la Edad Media. Para la
                 Fraternidad Blanca, el pueblo paraguayo estaba enfermando; y el virus que lo
                 afectaba se llamaba “nacionalismo”, el peor enemigo moderno de los planes
                 sinárquicos.
                        El colmo de la situación ocurrió en 1863,  cuando el Gral aparece
                 nuevamente y confirma a todos que el Mariscal Francisco Solano López es
                 un Rey de la Sangre Pura, un Señor de la Guerra, un Emperador Universal.
                 Entonces se decreta la sentencia de exterminio contra el pueblo paraguayo y la
                 dinastía de Solano López. En poco tiempo una nueva Cruzada se anuncia en
                 todos los ámbitos: Argentina, Brasil y Uruguay aportarán los medios y las tropas,
                 pero detrás de estos países semicoloniales se encuentra Inglaterra, es decir, la
                 Masonería inglesa, organización Golen y hebrea. Al frente del ejército cruzado,

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