Page 197 - El Misterio de Belicena Villca
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castillo, como jefe de la guarnición o mayordomo, al Caballero viudo que os ha
                 acompañado desde España: no me caben dudas que es persona de fiar.

                        Las cosas sucedieron según las  había planeado Rodolfo, con una sola
                 excepción que no alteró los objetivos, como enseguida se verá.
                        El Rey de Portugal hizo lugar a la solicitud del Caballero catalán,
                 fuertemente apoyado por la Orden de Predicadores, y le concedió el Condado de
                 Tarseval. Esto ocurría un año después que la Peste causara la extinción de la
                 Casa de Tharsis y, para entonces, los Golen habían inspeccionado
                 minuciosamente la Villa de Turdes y la Residencia Señorial. Se irían convencidos
                 de que no quedaban Señores de Tharsis  con vida, no obstante lo cual
                 extenderían la búsqueda a toda España y luego al resto de Europa. Pero aquellas
                 indagaciones darían resultados negativos; o positivos, según su punto de vista,
                 pues en todos los sitios donde habitaran los miembros de la Estirpe condenada,
                 comprobaban que el paso de la Peste no había dejado sobrevivientes.
                        El flamante Conde de Tarseval repobló la Villa de Turdes con quinientas
                 familias de Barcelona y asentó una guarnición en la Residencia Señorial de
                 trescientos soldados catalanes. Donde se encontraba la Capilla, al pie de la
                 Sierra Candelaria, mandó construir  una pequeña fortaleza compuesta de una
                 torre y muralla: en adelante, aquel lugar estaría siempre bajo la observación de
                 los centinelas del Condado. No habiendo Noyos ni Vrayas que hiciesen guardia
                 en la Caverna Secreta, lo  mejor sería mantener vigilancia sobre la Sierra para
                 alejar a los curiosos o posibles sospechosos. Tres años después, el Conde de
                 Tarseval viajó a Austria y contrajo enlace con Vrunalda, transformada ahora en
                 Dama germana. La Residencia Señorial, remodelada y fortificada por los
                 catalanes, recibió entonces a aquella  tímida Señora, que jamás acababa de
                 aprender la lengua de Alfonso X y prefería pasar las horas rezando en la iglesia
                 de la Gruta antes que gozar de las costumbres cortesanas.
                        La familia resultó prolífica en hijos e hijas con lo que la continuidad de la
                 Estirpe de Tharsis quedó hasta cierto  punto asegurada. Por lo demás, el
                 Condado disfrutó de relativa tranquilidad durante los años siguientes, debido
                 especialmente al cuidado que puso el  Conde en no dejarse  arrastrar por las
                 luchas de intereses que sostenían los monarcas de Portugal y Castilla. Cuando el
                 Rey Sancho IV reincorpora la región de  Huelva, y le concede su señorío con
                 carácter vitalicio a Don Juan Mate de  Luna, el Condado de Tarseval pasa sin
                 problemas a la corona de Castilla, quien confirma los derechos y las armas del
                 Conde catalán. Igual respeto mostrarían Fernando IV  y los sucesivos propietarios
                 y Señores del país de Huelva. En resumen, la familia que se desarrollaba en
                 España, en los antiguos dominios de la Casa de Tharsis, cumpliría con creces las
                 metas propuestas por Rodolfo y los Señores del Perro, aunque conservaría hasta
                 mediados del siglo XIV el secreto de su linaje.

                        Pero no todo ocurrió como Rodolfo lo esperaba: hubo una excepción, mas,
                 como dije al comienzo, ello no modificó los objetivos de la Estrategia. El problema
                 lo planteó Valentina, que  era una joven llena de dones pero extremadamente
                 apasionada. Rodolfo había concertado con un Señor de Flandes, partidario, tanto
                 él como su familia, de los Domini Canis, el compromiso de casamiento entre su
                 hijo y Valentina: el prometido, un Capitán a las órdenes del Duque de Flandes,
                 estaba ciertamente conforme con la boda. Pero no así Valentina. ¿Por qué?: lo

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