Page 261 - El Misterio de Belicena Villca
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un país muy, pero muy, lejano, el cual se encuentra en guerra con la Nación que
                 lo aprisionó. Pero no pueden intentar ninguna acción militar para liberarlo debido
                 a las represalias que el Enemigo podría tomar sobre los incontables cautivos que,
                 además del de la torre, mantienen en sus  terribles prisiones. Se trata pues de
                 dirigir la ayuda de la manera prevista:  despertarlo,  orientarlo y  revelarle  el
                 secreto.
                        Para ello es preciso  llegar hasta él, pero ¿cómo hacerlo si ha sido
                 encerrado en el corazón de una ciudadela fortificada, saturada de enemigos en
                 permanente alerta? Hay que descartar la posibilidad de infiltrar un espía debido a
                 las diferencias étnicas insuperables: un alemán no podría infiltrarse como espía
                 en el ejército chino del mismo modo que un chino no podría espiar en el cuartel
                 de las    Sin poder entrar en la prisión y sin posibilidad de comprar o engañar a
                 los guardianes sólo queda el recurso de hacer llegar un mensaje al prisionero.
                        Sin embargo enviar un mensaje parece ser tan difícil como introducir un
                 espía. En efecto; en el improbable  caso de que una gestión diplomática
                 consiguiese la autorización para presentar el mensaje y la promesa de que éste
                 sería entregado al prisionero, ello no serviría de nada porque el solo hecho de
                 que tenga que atravesar siete niveles de seguridad, en donde sería censurado y
                 mutilado, torna completamente inútil a esta posibilidad. Además, por tal vía legal
                 (previa autorización), se impondría la condición de que el mensaje fuese escrito
                 en un lenguaje claro y accesible al Enemigo, quien luego censuraría parte de su
                 contenido y traspondría los  términos para evitar un posible segundo mensaje
                 cifrado. Y no nos olvidemos que el secreto de la salida oculta tanto interesa que
                 lo conozca el prisionero, como que lo ignore el Enemigo. Y lo primero: ¿qué decir
                 en un mero mensaje para lograr que el prisionero  despierte, se  oriente,
                 comprenda que debe escapar? Por mucho que lo pensemos se hará evidente al
                 final que el mensaje  debe ser clandestino y que el mismo  no puede ser
                 escrito. Tampoco puede ser óptico debido a que el pequeño ventanuco de su
                 celda permite observar solamente uno de  los patios interiores, hasta donde no
                 suelen llegar señales desde el exterior de la prisión.

                        En las condiciones que he expuesto, no resulta evidente, sin duda, de qué
                 manera pueden sus Kameraden dar solución al problema y ayudar al prisionero
                 a escapar. Tal vez se haga la luz si se tiene presente que, pese a todas las
                 precauciones tomadas por el Enemigo para mantener al cautivo desconectado
                 del mundo exterior,  no lograron aislarlo acústicamente. (Para ello hubiesen
                 debido tenerlo, como a Kaspar Hauser, en una celda a prueba de sonidos).
                        Mostraré ahora, como epílogo, el  modo elegido por los Kameraden para
                 brindar efectiva ayuda; una ayuda tal que 1ro:  despierte y 2do:  revele el
                 secreto, al prisionero, orientándolo hacia la libertad.

                        Al decidirse por una vía acústica para hacer llegar el mensaje los
                 Kameraden comprendieron que  contaban con una gran ventaja:  el Enemigo
                 ignora la lengua original del prisionero. Es posible entonces transmitir el
                 mensaje simplemente,  sin doble sentido, aprovechando que el mismo  no será
                 comprendido por el Enemigo. Con esta convicción los Kameraden hicieron lo
                 siguiente: varios de ellos treparon a una montaña cercana y, munidos de una
                 enorme caracola, la cual permite amplificar muchísimo el sonido de la voz,
                 comenzaron a emitir el mensaje. Lo hicieron ininterrumpidamente, durante años,

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