Page 402 - El Misterio de Belicena Villca
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Sinarquía, mantendrán la política económica monetarista liberal que someterá a
                 la Nación a la dependencia moral y a la disolución social. En el mismo caso que
                 Yo, que soy retirado sin explicaciones de la lucha anticomunista, con la evidente
                 intención de ser pasado a retiro en poco tiempo, o algo peor, se encuentran mis
                 restantes Camaradas. Se impone pues la necesidad de actuar ahora o correr el
                 riesgo de que la situación de Noyo no sea aclarada nunca o que pueda ser Ud.
                 atacada por alguno de los nuevos grupos de Inteligencia que actúan ya con total
                 impunidad y repugnante falta de honor, y que habitualmente persiguen y ejecutan
                 a personas de antecedentes nacionalistas antes que a los conocidos agentes de
                 la subversión marxista. Espero haber sido claro, Señora Belicena, y consiga
                 establecer un pronto contacto con el  camarada Noyo, de quien requerimos
                 también, en esta hora clave, su valioso asesoramiento estratégico.
                        –Ha sido Ud. extremadamente claro, Capitán Fernández –aseguré– y
                 tenga la seguridad que transmitiré textualmente sus palabras a mi hijo Noyo,
                 quien descuento que no vacilará en acudir hacia ustedes.
                        Y así concluyó aquella conversación con el Capitán Diego Fernández,
                 quien partió dispuesto a aguardar, y  hacer aguardar a sus Camaradas, toda
                 posible declaración sobre el desaparecido de Tafí del Valle.
                        El resto de la historia ya es conocida por Ud., Dr. Siegnagel. Yo, lejos de
                 cumplir lo prometido al Capitán Diego Fernández, continué realizando
                 movimientos estratégicos en el Norte Argentino, en Bolivia y en Perú. Recorrí en
                 varias oportunidades la ruta de Lito de Tharsis y los Atumurunas, consciente de
                 que ello despertaría aún más el interés de la Fraternidad blanca y la afirmaría en
                 la certeza de que era portadora de la Espada Sabia. Es por eso, también, que
                 tomaba el camino de Tatainga en Jujuy y me dirijía a las proximidades del Cerro
                 Kâlibur. En dos oportunidades, inclusive, descendí al Valle grande y contemplé el
                 Externsteine, aunque sin atreverme a atravesar la Puerta Vrúnica. Pues bien, fue
                 durante una de estas excursiones que caí en una celada Golen e ingerí el veneno
                 que debilitó mi voluntad y me impidió seguir desarrollando la Estrategia. Luego fui
                 rápidamente capturada por  un comando del Shin Beth, integrado por Rabinos
                 Iniciados en la Alta Cábala, Sacerdotes que habían contemplado en Israel el
                 Sepher Icheh y conocían todo lo referente al Holocausto de Fuego. Pertenecían,
                 tal como lo anticipara el Capitán Fernández, a un Servicio de Inteligencia
                 paralelo, que contaba con miembros en los Servicios del Ejército, Marina, Fuerza
                 Aérea, Policía Federal, Secretaría  de Seguridad de Estado, Ministerio de
                 Defensa, etc. Su poder de movilización era entonces absoluto.
                        Yo me encontraba descansando  momentáneamente  en una mísera
                 posada del pueblo Kâlypampa, que se halla frente al Parque Nacional del mismo
                 nombre, junto al Cerro Kâlibur. Allí me fue suministrada la droga, mezclada en un
                 pote de melaza de caña que ofrecieron para endulzar el café. El efecto que
                 instantáneamente produjo en mi cuerpo de Iniciada Hiperbórea fue indescriptible,
                 siendo improbable que Ud. pueda siquiera imaginarlo, pues desconoce cómo se
                 comporta una mente capaz de poseer conciencia en varios Mundos a la vez. Lo
                 más que le diré es que la droga, una forma perfecta de miel arquetípica de
                 abejas, produjo un acelerado proceso de fortalecimiento anímico, una formidable
                 inyección de energía para la  voluntad instintiva del  Alma, que en los Iniciados
                 Hiperbóreos se halla habitualmente dominada por la irresistible voluntad del
                 Espíritu Increado. Y esa evolución súbita del Alma causó como una degradación
                 sanguínea, como un debilitamiento del Símbolo del Origen, presente en la sangre

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