Page 426 - El Misterio de Belicena Villca
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Sinagoga; pero no era menos  cierto que Ellos perseguían un objetivo más
                 ambicioso: la Sinarquía Universal y el Gobierno Mundial del Pueblo Elegido.
                 No pude menos que sonreír al contemplar el rostro preocupado del Erudito. Eso
                 lo tranquilizó.
                        –A través de un profundo análisis histórico, –continuó sin dejar de
                 observarme– muchos han supuesto que un secreto enlace vincula los distintos
                 Vértices de Poder del Mundo y se ha afirmado la existencia de una secta
                 supersecreta que podría ser la Masonería,  la B'nai Brith (Masonería judía), la
                 Comisión Trilateral, etc., o cualquier otra organización de ese tipo, a la cual
                 pertenecerían todos los hombres que detentan el Poder. Esta hipótesis es
                 demasiado gigante para mí; en cambio lo que puedo asegurar, basándome en
                 muchos años de investigación histórica,  es que entre dos grandes Colosos, la
                 Iglesia Católica y la Sinagoga, existe una impía vinculación oculta para llevar a
                 cabo el fin inconfesable del Poder Mundial. ¡Y esa impía vinculación se da a
                 través de los Druidas! ¡Aquí está parte  de la verdad! –casi  gritó el Profesor,
                 señalando el dibujo de la joya–. Pero ¿qué es este papel? nada, ninguna prueba,
                 sólo un dibujo sin sentido hallado por un alumno, pero que encierra el secreto de
                 algunas fuerzas que mueven el Mundo.

                        –Creo advertir, a partir de sus argumentos tan significativos, que ha
                 respondido Ud. afirmativamente a mi pregunta –dije cambiando de conversación
                 y dispuesto a no revelar nada sobre el crimen de Belicena Villca–. ¿Debo, pues,
                 inferir que existirían hoy día los Druidas?

                        –Mi apreciado Dr. Siegnagel, esa pregunta tal vez esté destinada a ser
                 respondida por Ud. mismo. Yo le he dado suficiente información y sólo me resta
                 asegurarle que la investigación histórica, a menos que aparezca otro Oera Linda
                 o se abra la Biblioteca Privada del Vaticano, no arrojará nada nuevo sobre los
                 Druidas –afirmó categóricamente.
                        –¿Por qué? –pregunté, esta vez con verdadera sorpresa.
                        –Por una razón muy sencilla, pero inexplicable,  Dr. Sieg-na-gel  –dijo el
                 Profesor con sorna, casi deletreando mi apellido alemán–. Porque entre 1939 y
                 1945 batallones especialistas de las Waffen  , cuerpo de élite alemán, vaciaron
                 Europa de los pocos documentos que había sobre los Druidas.
                        –¿Para qué podrían querer los             esa  información?  –pregunté  con
                 desconfianza, pues no me gustaba el rumbo que tomaba la conversación.
                        –Eso no se supo nunca con seguridad. Durante esos años se creía que la
                 documentación era llevada al más importante centro de entrenamiento de las  ,
                 el Castillo de Werwelsburg, en  Westfalia, donde había una Biblioteca
                 especializada en Religión y Ocultismo de más de 50.000 volúmenes. Pero al
                 finalizar la guerra, parte de este valioso material y el “Círculo Restringido” de las
                   (unos 250 hombres superentrenados y supersecretos) se evaporó como por
                 encanto.
                        Ud. Sabe –me decía el Profesor con mirada cómplice– todas esas historias
                 sobre refugios ocultos, el grupo Odessa,... bah, patrañas.
                        –Sí –asentí con un gesto y miré el  reloj. Eran las 20 hs. 30 minutos.
                 Calculé que llevábamos cinco horas reunidos y sentí vergüenza de abusar de ese
                 modo del precioso tiempo del Profesor.


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