Page 449 - El Misterio de Belicena Villca
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común de los hombres que, estando separados cultural, geográfica, y
temporalmente, sin ningún vínculo comprobable entre ellos, tienen ideas idénticas
o análogas. Actuaría aquí un “Principio de Sincronía” desconocido por la Ciencia,
debido a su incorrecta comprensión del Tiempo.
Conviene recordar, a este respecto, lo que dice C. G. Jung en “El Secreto
de la Flor de Oro”: “Hace algunos años me preguntó el entonces presidente
de la British Anthropological Society cómo podía Yo explicar que un pueblo
espiritualmente tan elevado como el chino no hubiese materializado
ninguna Ciencia. Le repliqué que eso debía muy bien ser una ilusión óptica,
pues los chinos poseían una “Ciencia” cuyo Standard Work era
precisamente el I-Ching pero que el principio de esta Ciencia, como tantas
otras cosas en la China, es por completo diferente de nuestro principio
científico. La ciencia del I-Ching, en efecto, no reposa sobre el principio de
causalidad, sino sobre uno, hasta ahora no denominado –porque no ha
surgido entre nosotros– que a título de ensayo he designado como
Principio de Sincronicidad . Mis exploraciones de los procesos
inconscientes, me habían ya obligado, desde hacía muchos años, a mirar en
torno mío en busca de otro principio explicativo, porque el de causalidad
me parecía insuficiente, para explicar ciertos fenómenos notables de la
psicología de lo inconsciente. Hallé en efecto que hay fenómenos
psicológicos paralelos que no se dejan en absoluto relacionar causalmente
entre sí, sino que deben hallarse en otra relación del acontecer. Esta
correlación me pareció esencialmente dada por el hecho de la
simultaneidad relativa, de ahí la expresión sincronicidad . Parece, en
realidad como si el tiempo fuera, no algo menos abstracto, sino más bien
un continuum concreto, que contiene cualidades o condiciones
fundamentales que se pueden manifestar, con simultaneidad relativa, en
diferentes lugares, con un paralelismo causalmente inexplicable como, por
ejemplo, en casos de la manifestación simultánea de idénticos
pensamientos, símbolos o estados psíquicos. Otro ejemplo sería la
simultaneidad destacada por R. Wilhelm de los períodos estilísticos chinos
y europeos, que no pueden ser causalmente relacionados entre sí”.
Este era el pensamiento del prestigioso Psiquiatra C. G. Jung sobre el
tema que me ocupaba. Con sus conceptos, la aparición de dos fenómenos
idénticos (idea común a dos personas), separadas por el espacio, dependerá de
un Arquetipo colectivo (causa) y la simultaneidad (sincronía) de los aconteceres
fenoménicos.
Para interpretar el principio de sincronía, es preciso tener presente un
concepto clave de la Psicología Analítica: el de “Inconsciente colectivo”. Este
concepto permite manejar de manera más real a los Arquetipos, que no son ya
seres estáticos como las Ideas de Platón sino entes dinámicos de poderosa
fuerza anímica, soporte y sustentación de los Mitos que influyen
inconscientemente en la conducta del hombre.
El concepto de Inconsciente colectivo ha sido resumido por Jung en la
misma obra citada: “...así como el cuerpo humano muestra una anatomía
general por encima y más allá de todas las diferencias raciales, también la
psique posee un sustrato general que trasciende todas las diferencias de
Cultura y Conciencia, al que he designado como lo Inconsciente Colectivo .
Esta psique inconsciente, común a toda la Humanidad, no consiste
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