Page 450 - El Misterio de Belicena Villca
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meramente en contenidos capaces de llegar a la Conciencia, sino en
                 disposiciones latentes hacia ciertas  reacciones idénticas. El hecho de lo
                 Inconsciente colectivo es sencillamente la expresión psíquica de la
                 identidad, que trasciende todas las diferencias raciales, de la estructura del
                 cerebro. Sobre tal base se explica la analogía, y hasta la identidad, de los
                 temas míticos y de los símbolos, y la posibilidad de la comprensión humana
                 en general”.
                        Conviene ahora, a la luz de lo  expuesto, extraer una importante
                 conclusión: si bien la Psicología Analítica permite interpretar los fenómenos
                 sincronísticos, nadie ha afirmado seriamente jamás que  fuese posible ejercer
                 alguna forma de control sobre ellos. Esta clase de fenómenos, muy vistosos o
                 atractivos para el profano, corresponden  a lo más bajo en una escala de
                 valoración de la experiencia trascendente. Como que se presentan siempre en
                 relación a personas altamente perturbadas, estén o no en el manicomio.
                        En general la gente suele creer que  la disciplinación de funciones
                 orgánicas o psíquicas otorga cierto tipo de Poder  sobre los mencionados
                 fenómenos. Esta creencia abreva su sed en dos fuentes: la ignorancia (ingenua)
                 y la desinformación (producto de la Estrategia Sinárquica). Hay ignorancia en la
                 creencia popular de que los “milagros” que suelen acompañar las actividades de
                 Santos y Grandes Místicos son realizados merced a un “Poder” que éstos
                 tendrían o que les habría sido otorgado por una Deidad. En verdad los “Santos”
                 jamás han dicho tal cosa, manifestando en cambio que los milagros son “hechos
                 por Dios” o admitiendo, como máxima concesión, el haber sido vehículos de una
                 “Gracia” o de una “Fuerza” superior que los trascendía.
                        Naturalmente, existen miembros de la Sinarquía, considerados también
                 “Santos”, “Místicos”, “Gurúes”, “Maestros”, etc., que han afirmado la búsqueda
                 del Poder como fin de la práctica de ciertas disciplinas, tales como la
                 “meditación trascendental”, “yogas”, “oraciones o mantrams”, etc. Pero es
                 posible sospechar de inmediato sobre los verdaderos fines ocultos que persiguen
                 dichos agentes satánicos. Por el contrario, los Iniciados Hiperbóreos, quienes
                 son realmente “Santos” –ahora podía distinguirlos bien, luego de leer la carta
                 de Belicena Villca– siempre han orientado a sus discípulos para que se liberen
                 de los lazos que su Espíritu Increado mantiene con la Materia Creada.
                        La desinformación obedece a un fin sinárquico y, quienes son víctimas de
                 ella, creen ciegamente que existen “Escuelas Esotéricas” donde se imparte una
                 enseñanza “secreta” que acaba por transformar al neófito –al cabo de unas
                 cuantas lecciones en fascículos– en un Krishnamurti versión occidental. Pero,
                 lo que la desinformación presenta como  Escuelas Esotéricas, son en realidad
                 “Escuelas Exotéricas”, cuyo fin inconfesado es la captación de adeptos.
                        Todas estas Escuelas Exotéricas pretenden poseer el secreto de los
                 Grandes Misterios de la Antigüedad que ofrecen “revelar” a los incautos, si estos
                 se ajustan a una regla interna que invariablemente exige como primera prueba
                 la “obediencia ciega” y la “fe” en los Maestros Desconocidos de la escuela. La
                 enseñanza que van presentando al candidato a Gurú, no puede ser más
                 misteriosa ya que su base es el plagio de distintas Tradiciones Antiguas
                 ensambladas eclécticamente en una supuesta “Doctrina Oculta” (que sólo lo es,
                 por la imposibilidad de “desocultar”  alguna Verdad en ella). Los Grandes
                 Misterios de la Antigüedad (Persia, India, Grecia, etc.) han dejado un sedimento
                 de Mitos y Símbolos Sagrados –con más frecuencia opuestos que coincidentes–

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