Page 494 - El Misterio de Belicena Villca
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–A este paso pronto estará bien Señorcito –dijo la vieja, deleitada por la
                 forma en que devoraba las vituallas.
                        –Sí, pero con varios kilos de más –repliqué sin dejar de comer.
                        A las nueve en punto subió tío Kurt a mi habitación.
                        –¿Cómo estás neffe? ¿dispuesto a escuchar otra parte de mi historia?
                        –Sí tío Kurt –respondí– estoy ansioso, realmente ansioso por escuchar lo
                 que tienes que contar.
                        Se acomodó en su sillón hamaca y comenzó a hablar.
                        –Bien; habíamos quedado en que luego de sorprender la conversación de
                 mi padre con Rudolph Hess sobre el Signo, decidí no hablar de ello hasta que
                 alguno de los dos tomara la iniciativa.
                        Asentí con la cabeza mientras tío Kurt retomaba el hilo del relato.
                        –Al finalizar la primera semana de Agosto de 1933, partimos hacia Berlín
                 en tren. Rudolph Hess e Ilse, en cambio, irían hasta Munich en automóvil y desde
                 allí arribarían a Berlín en un avión, junto con el Führer, Goering y varias
                 personalidades del Tercer Reich, que finalizaban sus vacaciones.
                        En Berlín nos hospedamos en el hotel Kaiserhof, antiguo cuartel general
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                 del  N.S.D.A.P.  y esperamos, de acuerdo a lo convenido en Berchtesgaden,
                 noticias de Rudolph Hess. Estas llegaron a mediados de Agosto en forma de una
                 citación para encontrarnos con Rudolph  Hess en el Ministerio de Educación y
                 Ciencia. Deberíamos estar preparados a las 7 hs. del día siguiente en el hotel,
                 pues seríamos recogidos por un vehículo oficial.
                        A las 7 en punto llegó el oficial   Papp, a quien conocíamos por ser
                 custodia de Rudolph Hess en Berchtesgaden, en un coche con chofer uniformado
                 de las S.A.
                        –Herr Hess los espera en el Ministerio de Educación y Ciencia. Lo he
                 dejado allí antes de venir a buscarlos. –Dijo el  .
                        Llegamos en unos minutos y fuimos conducidos por el   hasta una puerta
                 en la que se leía “NAPOLA Dirección Nacional”. Entramos.
                        En un amplio recinto, sobriamente amueblado, encontramos a Rudolph
                 Hess con el uniforme de las S.A., a  un hombre de aspecto severo y a una
                 secretaria que tecleaba una máquina de escribir. Todos  se pararon cuando
                 llegamos.
                        –Profesor Joachim Haupt, le presento al Barón Reinaldo Von Sübermann –
                 dijo Rudolph Hess.
                        –Barón Von Sübermann, estás frente a Joachim Haupt, Director Nacional
                 de los NAPOLA –completó la presentación Rudolph Hess.

                        Mientras se daban la mano Rudolph tomó la palabra.
                        –He estado discutiendo el ingreso de Kurt con Herr Profesor y, pese a la
                 falta de vacantes, llegamos a un acuerdo. Será incorporado al primer NAPOLA
                 en Lissa para integrar el “Cuerpo Selectivo de Estudios Orientales”.

                        Mi Destino estaba por lo visto resuelto. El Profesor Haupt me observaba
                 con detenimiento; al fin habló.
                        –Joven Von Sübermann, tengo entendido que domina Ud. varias lenguas.
                 ¿Me podría decir cuáles son? –preguntó.


                 19  N.S.D.A.P.: iniciales del Nationalsozialistsche Deutsche Arbeiterpartei , que significa: Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores.
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