Page 566 - El Misterio de Belicena Villca
P. 566
cinco nombres de las “cosas prohibidas”: madya, vino; mâmsa, carne; matsya,
pescado; mudrâ, cereales; maithuna, acto sexual. Según sus enemigos
budistas, por practicar este Ritual los kâulikas se sitúan en el vâmo mârga, o
“Camino de la Izquierda”, el sendero de los Kshatriyas, que conduce a la Guerra
y no a la Paz, a Agartha y no a Shambalá, a la unificación absoluta de Sí-Mismo y
no a la aniquilación nirvánica del Yo identificado con El Uno Parabrahman. Lo
cierto es que por medio de técnicas secretas de su Tantra sexual, los kâulikas
desarrollan increíble poder sobre la naturaleza animal del cuerpo humano e,
incluso, consiguen obtener la liberación espiritual.
Resumiendo, Von Sübermann, los kâulikas son yoguis perfectos, Iniciados
capaces de alcanzar en el éxtasis del acto sexual el Infinito y la Eternidad del
Espíritu, y de situar su núcleo de conciencia más allá de Mâyâ, la Ilusión de las
formas materiales.
Del taoísmo primitivo poco ha quedado, aunque formalmente, a fin de
evitar persecuciones, los monjes se definen a sí mismos como “taoístas”, Religión
más potable para los Príncipes budistas e hinduístas de los países vecinos. Pero
en los shastras de Lao Tsé que se conservan en este Monasterio la palabra
“Tao” ha sido sustituida por “Vruna”, vale decir, por Shakti, el Espíritu Eterno
e Infinito del hombre. No olvide, Von Sübermann, que aquí estamos frente a una
Sabiduría que proviene de una fuente distinta de Chang Shambalá, y por eso la
Shakti significa “Espíritu Puro”, un concepto semejante a la “Gracia” de la teología
occidental.
Vruna es una antigua palabra indoaria que significa “Espíritu Eterno,
Infinito e Increado”: de ella derivan los signos que representan tales sentidos, es
decir, las Runas, reveladas a los arios por Wothan; también el Dios Varuna
registra la misma raíz. Empero, y de acuerdo a las más remotas tradiciones de la
Raza Blanca, la misma “Vruna” procede a su vez de la palabra atlante Vril, que
tenía idéntico significado. Ya ve, Von Sübermann, que el “Vril” propuesto en
Alemania como ideal espiritual del Caballero Iniciado , es un estado
representado aquí por Vruna, el poder tántrico de situarse más allá de Kula y
Akula, y como el aunténtico Tao espiritual está más allá de Ying y Yang. Para el
hombre espiritual, el Vril como Vruna reviste siempre la forma de una Diosa
Antigua, una Shakti Divina, que no es otra más que la imagen olvidada de la
Pareja del Origen. Los kâulikas creen que una vez alcanzada la Vruna, lo que
sólo se consigue luego de pasar por la muerte ritual, el Espíritu libre se encuentra
frente a la Verdad del Origen, se reencuentra con su pareja original, y se
consuman las Bodas del Espíritu, luego de las cuales se recupera la Eternidad. El
kâulika, vivo o muerto, experimenta desde entonces un Amor helado que no es
de este Universo y queda reintegrado a una Raza de Dioses Vrúnicos, Señores
del Vril.
En síntesis, aquí los kâulikas siguen el Sendero Kula, que comienza en
la mujer de carne y termina en la Pareja Original, en lo profundo de Sí
Mismo: al final de ese peligroso camino, el kâulika, enfrentado
definitivamente con la Verdad, corridos los velos de todos los Misterios, es
Shiva, el Destructor de la Ilusión, el Guerrero por excelencia. Para nosotros,
Von Sübermann, Shiva es Lúcifer, es Caín, es Hermes, es Mercurio, es
Wothan: para nosotros, Shiva es el prototipo del Caballero .
566