Page 571 - El Misterio de Belicena Villca
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tronco racial común, es uno de los últimos escenarios terrestres en que los
                 Tulkus representarán el Drama de la Guerra de los Cielos. ¡Vos, sois un Tulku de
                 Shiva! No es casual que estéis cumpliendo esta misión ni que nosotros os
                 ayudemos: son los otros Tulkus, que conviven con vos en vuestra Nación,
                 quienes con gran Sabiduría os han enviado a bloquear el paso de los
                 Asuras de Shambalá.
                        Y porque os reconocemos como Tulku es que os vamos a dar la dîkshâ en
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                 el Kilkor svadi .


                        Puedes suponer, neffe, las dudas que me causaban las creencias de los
                 kâulikas. ¿Yo un Tulku? La verdad era que Yo me sentía la manifestación de un
                 único Espíritu, pero de ningún modo podía afirmar o negar que fuese también su
                 única manifestación. Jamás se me había ocurrido pensar en tan inquietante
                 posibilidad pero, de  hecho, en ese momento no creía en ella. Aunque no me
                 hubiese disgustado, por ejemplo, participar como Tulku de la esencia del Führer y
                 compartir de esa forma su Destino de Gloria.
                        El Guru me ofreció una copa  construida con un cráneo humano,
                 artísticamente revestida en su interior con láminas de plata y tachonado de
                 esmeraldas, que se hallaba rebosante  de un desagradable  brebaje. Contenía
                 nang tcheud, la versión tántrica del  soma,  amrita o  hidromiel, vale decir, el
                 elixir de los Rituales de Iniciación, la bebida de los Dioses (Siddhas) o semidioses
                 (viryas); el nang tcheud se emplea principalmente, en el Ritual de los Cinco
                 Desafíos, pues se halla elaborado con las cinco “cosas prohibidas”: cinco clases
                 de carne, inclusive humana; cinco peces; cinco cereales; cinco vinos; y cinco
                 substancias vinculadas al sexo, tales  como orín, semen, sangre, heces, y
                 médula.
                        Lo bebí con evidente desconfianza y  el Guru Visaraga, tal vez para
                 tranquilizarme, se extendió un poco más en su explicación:
                        –Existen muchas clases de Kilkor: de Muerte, de Liberación, de
                 Encantamiento, de Poder, etc. Y todos requieren la maestría en el Mantram Yoga
                 y la perfección en la pronunciación de las fórmulas mágicas que los vivifican.
                 Por eso hay tres grados o formas de afirmar las palabras de poder o bijas: la
                 japa vâchika, que consiste en  gritar los  bijas, como  órdenes acústicas, al
                 modo de vuestras “voces de mando” militares; ésta es la más baja de las japas y
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                 es la que utiliza la   para dominar a los mastines; la japa  upâmshu, que exige
                 expresar los bijas sin gritar ni hablar, como órdenes astrales; y por último, la más
                 elevada de las japas es la manasâ, cuyo efecto no es causal sino sincronístico,
                 es decir, que hace  coincidir carismáticamente los bijas con el hecho que se
                 quiere afectar, como órdenes increadas. Como los palos del I-Ching forman un
                 significado increado que revela o descubre los designios de los Dioses, un
                 significado  no querido por los Dioses, un significado que  no estaba en el
                 destino, un significado que emerge por coincidencia acausal entre lo Superior
                 Desconocido y lo Inferior Conocido, un significado arrancado por la fuerza de los
                 Hombres Magos a los Dioses Traidores, del mismo modo la japa manasâ actúa
                 por la sola determinación de los Iniciados, de aquellos que están mas allá de Kula
                 y Akula.

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                   Dar la dîkshâ : Iniciación en el Kilkor svadi, o “Kilkor del perro”.
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                   Japa: recitación de bijas, sonidos, o palabras mágicas.
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