Page 623 - El Misterio de Belicena Villca
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–De cierto que no especifiqué si se trataba de Sining-Fu o de Sining-Ho –
                 confesé contrariado. El monje kâulika meditó un segundo y dijo sonriente:
                        –Entonces es muy probable que nos hallemos junto al río Sining. Al recibir
                 la orden, los perros daivas se encontraron con que existían dos objetivos
                 diferentes con el mismo nombre. Eligieron, por motivos que sería largo detallar, el
                 objetivo más antiguo que correspondía a ese nombre, al parecer, el río. Y esa
                 indefinición explicaría también la muerte de uno de los dogos: la causa sería el
                 dilema al que fueron sometidos los principios opuestos, que obró como si con una
                 cuña lógica se hubiese intentado partir la unidad absoluta del Arquetipo perro.
                 Creo que el problema radica en los grados de realidad de las cosas en juego. Por
                 una parte, los perros daivas no constituían una pareja perfecta, no podían serlo
                 en esta etapa del Kaly Yuga, y exhibían cierto grado pequeño de desequilibrio.
                 Por otra parte, el río Sining resulta ser un poco más real, dentro de la Ilusión de
                 Mâyâ, que la ciudad de Sining. Consecuencia: los perros daivas se encuentran
                 frente a una disyuntiva y se ven forzados  a elegir; a causa del desequilibrio
                 supuesto, uno de los perros tiende hacia Sining-Fu y el otro tiende hacia Sining-
                 Ho; como mágicamente el destino real es el que corresponde al nombre más real,
                 sólo uno de los dogos llega a Sining-Ho, donde estamos, en tanto el otro can se
                 desintegra para evitar la alteración imposible del Arquetipo. Y como los perros
                 daivas no pueden existir sino en pareja, el presente andrógino se desintegrará
                 igualmente luego de la reproducción.
                        –¡De modo que los perros han concurrido al río Sining, al cual
                 correspondería la corriente que pasa frente a nosotros! –admitió Von Grossen,
                 que al fin comenzaba a ubicarse geográficamente–. Siendo así, Kameraden, les
                 expondré el cuadro de situación: Elementos a favor de nuestra Estrategia: a)
                 tres alemanes y ocho tibetanos, miembros de la Operación Clave Primera, aún
                 estamos con vida; b) es posible que la ciudad de Sining se encuentre cerca de
                 aquí y es probable que ello represente  nuestra definitiva salvación, si
                 conseguimos pasar la noche en estas condiciones.  Elementos en contra de
                 nuestra Estrategia:  a) experimentamos cinco bajas, tres alemanes y dos
                 tibetanos, además de los cinco porteadores holitas y todo el equipo; b) si
                 realmente este sitio se halla al Este de lago Kuku Noor, ello implica una distancia
                 más de 1.000 km. alejada del  Valle de los Demonios Inmortales, lo que torna
                 imposible por el momento  regresar para inspeccionar o rescatar los cuerpos y
                 materiales.  Conclusión: Es casi seguro que los efectivos a cargo de la
                 Operación Altwesten han corrido idéntica suerte que los miembros de la
                 Operación Clave Primera, vale decir, que están muertos o desaparecidos. Esta
                 conclusión pone término a la Operación Clave Primera, y nos impone la delicada
                 obligación de explicar convincentemente a nuestros superiores los hechos
                 ocurridos en el campamento de Ernst Schaeffer.
                        Von Grossen me miró significativamente, como dando a entender que el
                 principal responsable de las explicaciones sería Yo. Sus últimas palabras fueron:
                        –Considerando el diabólico ataque que hemos sufrido en aquel Valle del
                 Infierno, a la luz de las órdenes recibidas de Alemania y de la estructura de la
                 Operación Clave Primera,  he extraído ciertas conclusiones que les comunicaré
                 en carácter estrictamente confidencial y personal. Creo, Caballeros, que nuestros
                 líderes de Alemania tenían una idea bastante aproximada sobre lo que pasaría
                 en el Tíbet si Kurt Von Sübermann se integraba a la Operación Altwesten. Más
                 claramente, creo que ellos, Hitler, Himmler, Heydrich, Rudolph Hess, y Dios sabe

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